El cuerpo desmembrado del enfermero se encontraba sobre una camilla. Un médico forense examinaba cada parte para luego dar su reporte a la policía encargada del caso. No fue muy difícil llegar a la conclusión de que el desdichado había muerto a causa de tres heridas de bala... una en la cabeza, otra en el cuello y otra en el pecho.
--Pobre hombre... lo bueno es que lo cercenaron después de muerto -hablaba para sí mismo el médico.
Luego de cubrir el cuerpo se dirige a su computadora para enviar la información recabada que en pocos minutos ya estaba a disposición del director del penal donde ahora faltaba un preso.
--Efectivamente, los restos son del enfermero que seguramente ayudó a Preys a escapar -dice el director a la doctora Gabriela Vallejo.
--Es una pena que Mauricio haya participado en este escape.. Mire nada más cuál fue su fin -se lamentaba ella.
--Así es, doctora -contesta el hombre- ahora le pido siga con su trabajo cotidiano, debo continuar con las indagaciones para atrapar a Preys.
--¿Tienen alguna pista?
--Por el momento no, pero haremos todo lo que esté en nuestras manos.
--Llamaré al psiquiátrico donde laboraba Mauricio para dar aviso -indica la doctora al momento que sale de la oficina del director Jason M. Geles.
Todas las salidas de la ciudad estaban vigiladas fuertemente y eso Salomón lo sabía muy bien así que se limitó a aceptar hospedaje en el apartamento de Dalhila, lugar que ocupaba ella desde que salió del psiquiátrico.
--¿Quieres algo de comer? -pregunta ella abriendo la puerta del refrigerador.
--Por ahora no tengo hambre. Más bien quiero darme un baño -contesta Goliat malhumorado.
--Mmmmm... y por qué me hablas así, cariño? ¿Acaso no estás agradecido conmigo por haberte ayudado a escapar de la prisión? -le dice ella mientras le acaricia una oreja y mirándolo sonriente- si quieres puedo acompañarte a la ducha.
--No vuelvas a tocarme, estúpida...... El trato contigo será solo de negocios... eso que te quede muy claro.
--Vamos, cariño... me gustaría recordar viejos tiempos... ardo en deseos de hacer el amor contigo -insiste ella ahora intentando abrazarlo, pero poco le duró el gusto.
--¿Acaso no te has visto en un espejo...? no queda ni una gota de lo que fuiste -sonríe Goliat burlonamente.
Él se dirige al baño y se desnuda para meterse al agua fría.
Dalhila no se da por vencida y lo sigue.
Goliat estaba mejor que nunca, los años le asentaban perfectamente bien, los músculos de su cuerpo estaban muy marcados... era un hombre muy apetecible sexualmente, tal vez más que antes.
Ella ardía en deseos de hacer el amor y no lo dudó dos veces en lanzarse a la regadera junto con él. Grave error.
Apenas él sintió las manos de Dalhila tocar su miembro, se dio la vuelta y la tomó del cuello, la pegó a la pared y comenzó a apretar fuerte con una sola mano.
Ella tosía con dificultad, le faltaba la respiración, su cara comenzaba a ponerse morada... entonces la soltó. Dalhila cayó al piso casi desfallecida.
Goliat continuó bañándose sin hacer caso de la presencia de la mujer.
Una hora más tarde los dos estaban comiendo hamburguesas y hablando de negocios.
Todo el tiempo que Dalhila estuvo en el psiquiátrico no dejó de pensar en la manera de vengarse de Mario. Siempre encontró la manera de estar al pendiente de la familia Murillo. Por medio de Mauricio supo que tenían dos hijos... lo que ella no sospechaba era que uno de ellos era Danny, el niño que abandonó en un internado años atrás.
--El plan es este...-dijo ella sin levantar la mirada- secuestraremos a alguno de los hijos.
--Me parece bien -contesta Goliat después de que engulle un trozo de su hamburguesa- o... mejor a los dos.
--No creo que sea necesario los dos. Con uno será suficiente... creo que el mayor es hombre... debe tener alrededor de 16 o 17 años.... no estoy segura. La otra es niña... pero no tengo la menor ida de cuántos años tenga. Solo sé que es pequeña.
--Ese imbécil de Mario nos dará todo lo que tiene a cambio de uno de sus hijos. El que tú elijas será bueno, Dalhila.
--Pues ya lo tengo decidido... Será el mayor.
--¿Sabes dónde viven? -pregunta Goliat poniéndose de pie y dando un pequeño eructo a causa de la cerveza que tomaba.
--Claro que lo sé.
--Esta noche daremos un paseo por la zona.
Dicho esto, él se retiró a la recámara. El apartamento solo contaba con una recámara la cual él ocupaba. Ella dormía en el sofá.
Dalhila no volvió a insistir con el tema del sexo. Pero la humillación de sentirse rechazada no la iba a dejar pasar por alto.
Perdón por la demora...
ya estoy trabajando en los capítulos siguientes.
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Mario y... Valentina
RomanceMario es un hombre muy atractivo e inmensamente rico pero sin sentimientos. Para él todo son sus negocios, dinero, dinero y más dinero... Hasta que conoció a la pequeña Valentina y sin saberlo le cambió la vida.