CAP 18 enamorado

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La noche transcurrió sin novedad alguna en el bar. Salomón y Melinda se retiraron a descansar antes que los demás porque tenían que levantarse temprano... los esperaba una mañana... emmm.... podría decirse algo inusual.

Mario se mantuvo firme hasta el cierre total; despidió a clientes y empleados y después se sentó junto a la barra. Encendió un cigarrillo y mientras se lo llevaba a la boca pensaba en ella... sí... en Valentina. Miraba la pista y se imaginaba a esa pequeña mujer tratando de quitarse las ropas de religiosa. Trataba de imaginar su cuerpo semidesnudo moviéndose al ritmo de la música y el cabello negro cayéndole por la espalda o tal vez jugueteando con sus firmes senos moviendo las caderas a un lado y al otro. Los clientes aplaudiendo y dejando billetes a los pies de la chica... "Noooooo, eso no, los clientes no pueden verla... no permitiré que ni uno solo la toque"

Mario no se dio cuenta que el cigarrillo seguía consumiéndose hasta que el fuego llegó a sus dedos; fue entonces que despertó de su "sueño".

"¿Por qué me enfurece imaginar que otros hombres puedan verla?" -pensaba Mario mientras se encaminaba a su apartamento; y aunque no tenía sueño debía dormir y descansar ya que le esperaba un día pesado puesto que tenía cita con los abogados que contrató para lo de la demanda de Altamirano. No quería hablar con ellos en el bar así que prefirió ir hasta su despacho. Además estaba el problema de Lulú, la chica que le ayudaba con la limpieza; Salomón le dijo que estaba embarazada y así ya no podía trabajar. Eso y otras cosas más.

Entró a su habitación y se tumbó en la cama... su mente volvió a pensar en Valentina... era algo que no podía evitar y... de pronto... fue sintiendo cómo una erección crecía firme entre sus piernas.

"Joder, cómo me pasa esto a mí... ni que fuera un adolescente. Yo ya no estoy para estas cosas; ni que no tuviera con quién desahogarme".

Se levantó y se dirigió a tomar una ducha fría. Eso lo calmó. Después fue a la cama y al poco rato ya se había quedado profundamente dormido.




Mario y... ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora