CAPÍTULO 46

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–No.–negó Diego.– Es mejor no preguntar nada.

Clara estaba sobrepasada.

–¿Pero no hay una investigación abierta ni nada?

–Sí que hay, pero si los policías y los fiscales están donde están es porque a alguien muy poderoso le conviene que así sea Clara. Nunca sale nada en el telediario ni nunca hay eco de las cosas tan extrañas que suceden en este lugar. Todo lo que sé es a través de rumores y de conversaciones a medias. En un contexto como este, entenderás que necesite saber a qué se dedica mi padre.

Clara estaba aterrada, era como estar en medio de una película de terror. Siguió en silencio durante unos tres minutos, avanzando por la desierta calle. Mientras su mente divagando sobre Paco. Sobre lo que había pensado anteriormente con él. ¿Y si realmente él era alguien malo? Miró a Diego, no podía ser, Diego parecía una persona normal exceptuando lo elegante que era. ¿Cómo iba a ser su padre un monstruo?

–Por eso no hay nadie en la calle a estas horas.–apuntó Clara mirando a su alrededor.

Tampoco había rastro de Lauren.

–Sí, bueno, es tarde, pero a pesar de eso la gente aquí sabe por donde salir. Todos los jóvenes sabemos donde podemos ir y donde no. Al menos los que nos hemos criado aquí desde pequeños.

Clara gimió asustada.

–Mi madre no puede haber sido tan tonta de dejarse engañar por Paco para venir a un sitio así.–dijo tan solo.– No puede ser tan malo como lo cuentas.

Diego sonrió.

–Nosotros vivimos al margen de la ley, y creo que tu madre sabía exactamente donde se metía pequeña. Aquí todo está controlado.

–¿Por qué estás tan seguro?

Diego no respondió. En cierto modo no sabía si estaba bien que le nombrase a su padre, Andrés. A él no le gustaba nada en absoluto que le nombrasen a su madre.

–No lo sé. Se la ve una mujer decidida.–se fue por las ramas el chico.

Una farola parpadeó en mitad de la calle, y mientras Clara la pasaba de largo seguida de Diego y sumida en sus pensamientos pudo comprobar como un coche de reparaciones se acercaba rápidamente a donde estaba la avería, sin que nadie lo llamase y con tan solo unos dos minutos parpadeando y funcionando incorrectamente.

–Cuando llegué a este sitio, mi madre me dijo que aquí la gente tenía otro modo de vida totalmente distinto al que nosotras teníamos, pero, creo que jamás habría podido imaginar todo esto.–perdió su mirada en el chico.– Hay tiendas de joyas en cada rincón, limusinas, flores, parques enormes, esta mañana vi tres helicópteros que tenían pinta de ser privados. No sé, siento que no encajo aquí, todo este lujo, todo el misterio que engloba este lugar y todas esas personas tan perfectas...

En el fondo Diego la entendía perfectamente. Él había sentido eso mismo durante mucho tiempo, y de hecho, había veces que se sentía así.

–Aquí todo es como una ilusión. Nada es lo que parece. Ya te empezarás a dar cuenta. Ahora es mejor que intentemos pensar en otra cosa.

Ella asintió con la cabeza mientras pensaba que estaban muy lejos de su casa. Lo miró de reojo en dos o tres ocasiones, pero no sabía que decir.

–Diego, ¿puedes hacerme un favor?

El chico clavó su mirada en ella y Clara se sintió presa de toda su atención. Las manos comenzaron a sudarle al darse cuenta de ello.

–Dime.–se ofreció él.

–¿Puedes averiguar quien es la chica que apareció muerta a las afueras de la ciudad?

–¿Qué parte de que en este lugar es mejor no preguntar no entiendes?–le sonrió él.

Ella le devolvió la sonrisa.

–¿Eso es un sí?

Él chico asintió con la cabeza, pero no le dio tiempo a hacer nada más antes de que alguien los interrumpiese.

Gracias por leer. Os subo uno mas. Besos!

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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora