Todos se habían vuelto a mirar a una chica que estaba subida en el escenario y que los miraba a todos con una encantadora sonrisa tan falsa como ella misma, vestida con un cortísimo vestido rojo que estilizaba sus piernas en unas plataformas rojas. A pesar de eso Gloria seguía aparentando una enorme tranquilidad. Se notaba que le gustaba ser el centro de atención.
–He recogido unos videos divertidísimos que seguro que a todos os gustará ver.–dijo inocentemente pero con un atisbo de maldad en su voz de los que muy pocos se dieron cuenta.– ¿Qué levante la mano quien quiera verlo?–animó.
Casi todo el mundo gritó emocionado como si se tratase de alguna persona famosa quien lo dijese. Se notaba que Gloria era muy popular.
–¡No os oigo!–prosiguió despertando en Clara un sentimiento de celos ante tanta naturalidad y seguridad.
Todos los presentes a excepción de unos cuantos volvieron a gritar más fuerte. Gloria le hizo una señal a una chica que encendió un proyector que daba a la enorme pantalla que la chica de cabellos rizados y ojos claros tenía detrás. Todo se quedó en silencio mientras se veía en el vídeo a un respetuoso señor mayor corriendo y chocándose contra una pared y luego a un gato marrón asustándose de la caída y saltando con los pelos electrizados. Todos rieron divertidos a excepción de aquellos que no le veían la gracia y no se reían para seguirle el juego a nadie y parecer más popular.
–Vamos, adelante, que sé que os encanta.–gritó enérgica Gloria cuando acabó el video.–¡Ronda de burlas!
–¿Visteis la cara de la mujer que sostenía al gato en brazos cuando el gato se le fue de las manos hacia el hombre?
–¿Y la ropa que llevaba?
–¿Y el pelo del hombre?
–No sé quién era el animal allí, si la mujer, el viejo que se cae –vociferó una voz desconsiderada que provocó una banda de carcajadas–.
Gloria divertida tocó una copa con una cuchara. El sonido metálico llamó la atención de una forma muy sofisticada incluso para ella.
–Bien, a continuación veremos otro video divertidísimo.–y en esta ocasión miró a Clara.– Estoy segura de que muchas vais a disfrutarlo.
Clara le devolvió la mirada rabiosa. Diego se pegó más a ella al percatarse de que Gloria la había mirado directamente y la agarró por la cintura para tranquilizarla. Ambos sabían que algo iba a ir mal a partir de ahí. Una parte de Diego se arrepintió de haber ido a aquella fiesta en lugar de invitar a Clara a cenar o al cine, pero no quería dejar ganar a Gloria y que pensase que había dejado de ir a la fiesta porque había logrado asustarlo al pensar que podía ir en contra de su hermanastra.
Gloria se hizo a un lado en el escenario para que todos pudiesen ver mejor el video. Se trataba de un hombre de cabellera rubia y ojos negros jugando con una pequeña que era igual que él, rubia y con ojos negros, pero ante todo con una tierna sonrisa. La sonrisa de una niña de no más de siete años. Ambos cantaban mientras él tocaba la guitarra y la miraba tiernamente. Clara se estremeció ante el cariño de aquella mirada que tan bien había reconocido aunque el hombre saliese todo el tiempo de perfil y apenas se le viese el rostro. Las piernas de la joven comenzaron a temblar y tuvo que agarrarse durante unos segundos a Diego, quien la observó aún más preocupado.
Clara se concentró sólo en un punto, posando la vista en una mirada que se le clavó en lo más hondo. Esos ojos negros y ese perfil que tanto amaba ver desde que nació. ¡Maldita sea! Ella misma había rehusado de ver todos aquellos vídeos por la pena que le provocaban, aunque aquel hombre siempre saliese de perfil y apenas se le viese.
No había nada de gracioso en ese vídeo, no obstante Gloria lo paró y empezó un leve discurso al que muchos se unieron luego.
–No entiendo cómo puede haber gente tan tonta como para colgar cosas así en Internet. Al padre debería de caérsele la cara de vergüenza.–dijo feliz mientras le dedicada una mirada aviesa a Clara.– ¿Y la niña? con esos pelos tan rubios debería de darle de vergüenza salir a la calle, parece una Barbie. ¿Y cómo cantaban? Hasta mi prima pequeña lo hace mejor.–rio– Estoy segura de que si hoy en día esa persona estuviese aquí se le caería la cara de vergüenza.
–Es cierto, da vergüenza hacer esas cosas–rieron otros.
–Hay gente que sólo quiere llamar la atención.–dijo otro.
–Esta gente más que la atención llaman a la risa fácil.–añadió otro.
Clara no pudo más y todo el amor que sentía por aquella persona la hicieron acercarse al escenario y subir arriba.
–¿Sabéis lo que da realmente pena?–dijo cogiendo el micrófono que le había quitado de un manotazo a Gloria.– Que todos vosotros os atreváis a criticar algo tan tierno como lo que acabáis de ver.
Clara se volvió hacia Gloria, quien no esperaba aquello ni por asomo y tenía la boca abierta.
–Y a ti debería de darte vergüenza tratar de hacerme daño mostrando un vídeo mío y de mi padre...–la chica se giró hacia todos aquellos jóvenes que la miraban debajo del escenario y que contenían el aliento.– Quien por cierto...está muerto.
Todos guardaron aún más silencio cuando Gloria se encaró con Clara. Diego se acercó casi corriendo después de ser capaz de reaccionar y ver que Gloria se acercaba a ella con intención de pegarle una cachetada.
Clara le agarró la mano en el aire y le dio un puñetazo como pudo mientras Gloria comenzaba a gritar y Diego las separaba.
–¡Eres una maldita fursia robanovios!–empezó a vociferar Gloria.
Clara notó como su bestia interna despertaba. Por ahí sí que no pasaba.
–¡Esa palabra debería de estar prohibida en este siglo! ¡Las mujeres no son siempre las culpables de todo lo que ocurre!
Diego tuvo que agarrarla con más fuerza cuando Gloria quiso volver a pegarle.
–¡Uhhh, así se hace rubia!–clamó Lobo haciéndose oír.
–¡Dale más fuerte!–gritó Luis, quien aparentemente ya había dejado de lado su animadversión por la chica rubia.
Diego se giró hacia dónde estaban los chicos y los divisó con facilidad. Los demás jóvenes se alejaban de ellos asustados. Jaime estaba a su lado y miraba con cara de circunstancias a Diego. A su lado se encontraba Carolina, quien también parecía patidifusa.
–¡Basta! ¡Ambas!–volvió a interponerse Diego centrando toda su atención en separar a ambas jóvenes.
Una cuarta persona subió al escenario y agarró a Gloria, facilitando que Diego pudiese centrarse en agarrar a Clara y bajarla de aquel lugar. El primo de Gloria y a quien ella misma consideraba un hermano dirigió una mirada asesina y de ojos claros a Diego, y entonces el chico lo supo. Gloria le había contado a Javier que Julia estaba muerta por su culpa.
–La escoria como tú debería de desaparecer de este mundo.–le espetó Javier.– Ojalá te mueras o te pase algo malo.
Clara dejó de patalear al escuchar aquellas palabras, que en un primer momento pensaba que aquel chico de ojos claros le decía a ella. Su cerebro tardó unos segundos en comprobar como era a Diego a quien se dirigía.
–Voy a hacerte pagar por esto.–añadió el joven antes de llevarse a Gloria escaleras abajo.
Diego hizo lo mismo con Clara, quien ahora sentía sus cálidas manos sobre ella.
–¿Qué ha sido eso?
–Nada.–se apresuró a decir Diego.
La chica no lo dejó pasar.
–Eso ha sido una amenaza.
–Él es el primo de Gloria y sabe lo que hice.–susurró Diego asegurándose de que nadie más los oyese, o al menos, eso creyó. No se percató de esa persona conocida que abría los ojos interesada al escucharlo hablar.
Mil gracias por leer. Contadme, ¿os está gustando?
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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|
Novela JuvenilHISTORIA COMPLETA #1 en hermanastros 26/10/18 #5 en misterio y en suspenso 02/09/18 ¿Y si estuvieses destinada a morir incluso antes de nacer? Clara es una joven de quince años que vive en el sur de España. Al borde de la quiebra, su madre Sofía, c...