Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|

CAPÍTULO 63

Asustadísima y aún gritando vio a un joven partiéndose de risa detrás del sofá.

–!¿Eres imbécil?¡ –le chilló avanzando hacía el muy enfadada.– ¡Casi me da un infarto pedazo de tonto!

Diego no podía dejar de reírse. Clara se enfadó y le dio la espalda en el sofá, temblando de miedo e intentando calmar su alterada respiración.

–¡Vaya, cuanta agresividad!

–Ogg.–dijo tan solo ella mientras se levantaba y se iba.–

–¿Dónde vas?–preguntó él entre risas.

–Al baño.–dijo ella con rabia.

Cuando volvió Diego estaba aún riéndose. Se sentó en el sofá y se cruzó de brazos, dejando el palo de golf en el suelo. Ya no le haría falta, ahora estaba más segura.

Se percató de que Diego había parado de reírse.

–En realidad el que tendría que estar enfadado soy yo.–dijo tan tranquilo sentándose a su lado.

–¿Cómo? ¡Me has dado un susto de muerte!

–Y tú me has mentido.–comentó el frunciendo los labios y haciéndose el decepcionado.

Ella calló pidiendo una explicación. Las luces de la televisión iluminaban su semblante de una forma demasiado hermosa.

–Me dijiste que no te daba miedo y casi te da un infarto.–se burló.

–No me da miedo...

–¿Y por qué tiemblas?

Su seguridad y prepotencia comenzaban a enervarla. Clara se miró a sí misma, por mucho que quisiese no dejaría de temblar.

–Tengo frío.

Él se quitó su sudadera y se la dio.

–Hoy puedo comprobar si es cierto que tienes frío.

Clara recordó la primera noche en la que se conocieron. Él le dijo que era una pena no poder tenderle una chaqueta para ver si verdaderamente temblaba de frío. Ella se la puso, con cierta reticencia. Él la observó, curioso y con una media sonrisa jactanciosa que consiguió alterarla.

–Ogg.–farfulló ella cabreada y aun temblando, notaba como las lágrimas amenazaban por salir de sus ojos.–Lo he pasado mal ¿vale?

El la miró, serio de pronto al ver su estado de ánimo. Clara esperaba otro comentario sagaz por su parte, pero en lugar de eso se encontró con unos brazos que la protegieron en un abrazo. El chico colocó su pecho en la cabeza de la joven y le acarició el pelo. Suave, muy suave.

–Tranquila, siento haberte asustado, no volveré a dejarte sola esta noche.

Ella se estremeció entre sus brazos, aún algo asombrada, pero ahora sobre todo reconfortada. Se recordó a sí misma que debía de respirar y tomó aire. Se quedó así un buen rato, simplemente dejándose abrazar. El hueco de su pecho era perfecto para ella, que jamás se había sentido así, tan...bien. ¿Esa era la palabra que buscaba?

–¿No te ibas?–le susurró en su pecho.

–Sí, iba irme, pero sabía que algo no iba bien contigo, así que preferí quedarme.

El chico había preferido estar con ella antes que con sus amigos. Clara se derritió al escuchar aquello y deseo con todas sus fuerzas detener el tiempo en aquel reconfortante abrazo. Ninguno de los dos se separó. Ninguno de los dos deseó hacerlo.

Se quedaron así unos minutos, incontables, que a ambos les parecieron segundos. De pronto ella se separó de él, y lo miró malhumorada.

–¿Qué? –le preguntó perplejo.

–No juegues conmigo y vete a abrazar a tu novia.–se enfadó mientras se daba la vuelta, dispuesta a ir a su cuarto.

Él la detuvo colocándose delante de ella y cortándole el paso.

–Clara...

Ella lo miró, sin hablar. Las luces del salón estaban apagadas, así que tan sólo los iluminaba la luz de la televisión.

–No creo que seas la clase de persona capaz de entenderme en ese sentido.–susurró.

La chica lo miró dispuesta a rebatirle, pero al verlo agobiado se detuvo y simplemente lo contempló mientras él se revolvía el pelo frustrado. La tenue luz daba una extraña oscuridad a sus ojos, pero seguía pareciéndole sumamente atractivo.

–¿Qué va mal?

El cogió aire, pero lo soltó rápidamente y se giró dándole la espalda y dirigiéndose a las escaleras. Al cabo de unos instantes Clara escuchó una puerta cerrarse. ¿Qué le pasaba?  

Gracias por leerme. Mil besos!!!! ¿Os está gustando? Gracias por darle vida a mis personajes en vuestra imaginación. <3

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