Por la mañana Clara llamó a Carolina y la invitó a dar una vuelta. No sería hasta la noche siguiente cuando descubriría el motivo por el que Diego era de la forma en la que era.
Eran las seis y media de la tarde, la hora en la que esa misma mañana había acordado ir a dar una vuelta con la esbelta joven. Clara quería haber quedado antes, pero debido a que Carolina tenía cosas que hacer no había podido hacerlo. La vio acercarse en la distancia y comenzó a andar en su dirección tras cerrar la cancela de la mansión. Se percató de nuevo de que para ser una chica tan tímida se movía con muchísima seguridad en sí misma. Clara llevaba unos vaqueros y una camisa, en cambio Carolina seguía llevando sus habituales vestidos de vuelo que tanto le marcaban sus bonitas curvas. Clara volvió a sentir envidia sana de ella, sin saber que a Carolina le gustaba más su cuerpo que el suyo. ¡Qué bonito sería el mundo si se dijesen más a menudo los pensamientos positivos sobre los demás!
–Hola.–la saludó muy contenta.
–Hola Clara.–correspondió ella.– ¿Qué tal? ¿Dónde quieres ir?
–Donde quieras.–le sonrió.–Hoy eres mi guía turística. Si quieres puedes enseñarme los sitios conocidos.
Ambas bromearon y continuaron avanzando por la calle mientras decidían donde pasarían la tarde, totalmente ajenas a que había algo extraño en el ambiente a pesar de ser una tarde como otra cualquiera.
–¿Ya has visto las ruinas del castillo?
Clara sumió su oscura mirada en la chica que le sonreía. Le resultó extraño que no bajase la mirada por su timidez sino que continuara sonriéndole.
–¿Hay un castillo en esta ciudad?
Carolina asintió con la cabeza, tal vez orgullosa.
–Es un lugar precioso si te gusta la historia, aunque también es espeluznante si no vuelves antes de que anochezca. Dicen que de noche se escuchan lamentos por todos los lugares de las ruinas.–añadió con un tono misterioso–. ¿Quieres ir?
Clara se estremeció de miedo, pero no hizo ningún comentario al respecto y se dejó guiar por la joven a pesar de que todo aquel tema que tenía que ver con lo sobrenatural la aterrorizaba. Algo le hizo pensar que si fuese un lugar peligroso aquella chica no la llevaría hasta allí...y ella misma era quien le había pedido que le enseñase lugares típicos de esa ciudad. ¿De verdad quería comenzar el instituto sin saber cómo eran esas ruinas que seguro que todas las demás adolescentes de su edad habían visto?
Dudo unos instantes, pensando que no conocía tan bien a Carolina como para fiarse de ella, pero no podía negarse a ir para no quedar como una cobarde y para no perder a la única amiga que tenía en aquel lugar. Si Carolina le había ofrecido ir a ese lugar, debía de ser por algo. La palabra cobarde se quedó flotando en su cabeza unos instantes. No iba a admitir que tenía miedo. Era algo que venía con su carácter, algo que ella misma además se exigía, no podía ni quería ser una cobarde a ojos de nadie. Además, era una promesa.
–Me encantará verlo. ¿Está muy lejos?
Los ojos marrones oscuros de la chica brillaron de alegría al tiempo que se tocaba su cabello castaño.
–Está a unos cuarenta y cinco minutos en coche, así que... si estás de acuerdo cogeremos un taxi.–añadió algo dudosa y mirando de soslayo como Clara asentía con la cabeza levemente.
Tras coger su IPhone y llamar al taxista, ambas esperaron aparentemente tranquilas bajo la sombra de un árbol, aunque una de ellas no podía dejar de tener una extraña sensación que le avisaba de que algo no iba a ir bien. Por primera vez, deseó que el fantasma de Lauren se le apareciese. Que le contase si sabía algo sobre esas ruinas. Algo que le quitase de encima esa sensación premonitoria. Sin querer hacer caso a ese presentimiento se metió en el taxi tras saludar a un hombre de unos cincuenta años que empezó a hablar sobre antiguas leyendas que rondaban el lugar al que se dirigían nada más indicarle que las llevase allí. El ver la forma en la que el hombre comentaba todo aquello, sumamente tranquilo como si fuese algo normal que dos jóvenes fuesen a visitar las ruinas del castillo, Clara se relajó un poco. No obstante, durante todo el trayecto deseó que Diego estuviese con ella. Jamás había necesitado tanto de esa seguridad que el chico de ojos claros le proporcionaba.
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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|
Teen FictionHISTORIA COMPLETA #1 en hermanastros 26/10/18 #5 en misterio y en suspenso 02/09/18 ¿Y si estuvieses destinada a morir incluso antes de nacer? Clara es una joven de quince años que vive en el sur de España. Al borde de la quiebra, su madre Sofía, c...