Diego se mantuvo callado durante todo el resto del trayecto. Una vez en su enorme calle saludó a uno de los vecinos, el señor John. Le contó brevemente a Clara que era británico y que había venido a la ciudad por motivos de trabajo y que se había enamorado de ella. Hacía ya nueve años que vivía justo en la mansión de al lado de los chicos. Era un hombre calvo y robusto, y según tenía entendido Diego, era un fiel devoto de la Iglesia. Todos lo conocían como un fiel que no faltaba ni un solo domingo a misa. Clara se le quedó mirando y le sonrió, pero él tan sólo se le quedó mirando serio, como si estuviese calibrando el valor de la chica. Por su parte, ella comenzaba a odiar aún más esa sensación de sentirse como un mero objeto.
En el jardín Clara desmontó de la moto y miró a Diego preocupada, temía haberle hecho daño inconscientemente. Miró a su alrededor y vio que el coche de Paco aún estaba allí. Su madre la mataría si descubría que no había llevado casco.
–Enhorabuena.– le sonrió.
Él la miró con un parpadeo de sorpresa surcando su rostro.
–¿Perdona?
–Sí, enhorabuena.–continuó ella divertida.–He llegado sana y salva así que no te tendrás que ver con la furia de mi madre.–rio con suavidad.
Diego se le quedó mirando mientras la veía darse la vuelta con una sonrisa y dirigirse a la que para ella era una mansión. No se apresuró a seguirla mientras presenciaba de nuevo aquellos cristales rotos en mitad de aquella noche, y aquel sonido abrumador del golpe en su cabeza. Los recuerdos volvían a acudir a su encuentro. Recordó el sonido de la ambulancia, los gritos de sus amigos, sus propias manos manchadas de sangre secándose las lágrimas, la oscuridad, la tierra mojada y ante todo recordó aquel joven cuerpo muerto en mitad de la nada.
–¿No vienes? – le preguntó una voz desde lejos.
Sintió una punzada de dolor en el corazón. Diego sacudió la cabeza. Intentando no culparse a sí mismo más por lo que pasó aquella fatídica noche, la misma en la que decidió que nunca más competiría en ninguna otra carrera de motos. Caminó hacía la chica rubia que lo esperaba en la entrada, a pesar de que estaba muy, pero que muy enfadada sin saber el porqué.
Gracias por leer.
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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|
Novela JuvenilHISTORIA COMPLETA #1 en hermanastros 26/10/18 #5 en misterio y en suspenso 02/09/18 ¿Y si estuvieses destinada a morir incluso antes de nacer? Clara es una joven de quince años que vive en el sur de España. Al borde de la quiebra, su madre Sofía, c...