CAPÍTULO 81

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–¡No me lo puedo creer!

Diego la miró con suficiencia.

–Yo tampoco que sea tan fácil impresionarte

Ella le dedicó una mirada asesina.

–¿En serio que vamos a ir en limusina?

–Sólo la usamos en ocasiones especiales como hoy.–le contestó él mientras la cogía por la cintura y le indicaba que caminase hacia el chófer, que les abrió la puerta rápidamente.

Ambos entraron, despidiéndose de sus respectivos padres con la mano. El interior era enorme, los sillones estaban cubiertos de cuero suave y eran muy confortables.

Diego se colocó al lado de Clara y el chófer cerró la puerta. El chico ya se había encargado de explicarle el camino previamente así que se encontraban solos escuchando música relajante mientras el vehículo avanzaba. Clara se alisó el vestido, nerviosa. Diego se dio cuenta mientras le cogía la mano. Ese era el máximo gesto que el chico se atrevía a compartir con ella en ese momento, aunque deseaba por encima de todas las cosas estar con ella, no tenía prisa. Quería saborear cada momento con ella.

–Estoy totalmente seguro de que les vas a caer muy bien y de que vas a hacer amigas.

Clara sabía que sería difícil que con su carácter tan introvertido en algunas ocasiones y tan fuerte en otras cayese bien a mucha gente.

–Yo no estoy tan segura Diego.

Tembló involuntariamente al pronunciar su nombre. Él colocó la mano en su mejilla y la obligó a mirarlo a los ojos. Volvían a estar peligrosamente cerca el uno del otro como para poder resistirse. Diego le miró los labios y se mordió los suyos propios. Clara cerró los ojos porque no aguantaba la imagen que tenía delante. La química que los envolvía era tan grande que al chico le costó volver a hablar.

–Entonces déjalo todo en mis manos–dijo colocando su frente sobre la de ella y sonriéndole.

Clara le devolvió la sonrisa, totalmente inexperta, tan sólo dejándose llevar por aquella sensación que tanto le gustaba. Había una gran ternura en las manos del chico que no había estado ahí antes. La luna se reflejaba a través de la ventana, llena, mientras sus frentes se tocaban y respiraban el uno del otro.

–Aún no te has ganado toda mi confianza.–le susurró ella estremeciéndose ante las caricias de aquellos dedos en su rostro.

Diego sonrió aún más cuando ella pasó sus brazos sobre el cuello de él, acercándolo más.

–Tú sí la mía–le contestó en un susurro.

–No eres de fiar.

–Contigo sí lo seré.

–Demuéstramelo entonces.–le retó, mordiéndose los labios.

–¿Es esa tu forma de pedirme que te bese?

–¿Podrías dejar de responder con preguntas en algún momento?–inquirió notándose enrojecer.

Diego rozó sus labios con los de la chica, pero fue ella quien no aguantó más y lo besó. Fue un beso cálido, casi temeroso, pero de esos que no se olvidan. Diego pidió permiso con su lengua para pasar al interior de su boca y Clara se lo concedió. Ambos se sentían totalmente conectados el uno con el otro y el beso fue ganando intensidad a medida que pasaba el tiempo. Ninguno de los dos quería separarse después de haber tardado tanto en atreverse a dar ese paso. Cuando se separaron ambos necesitaron un momento para recobrarse.

Diego nunca se había puesto nervioso ni tampoco nunca había tardado tantísimo en besar a ninguna chica que le gustase, pero con Clara no podía evitarlo. Se había puesto la excusa de que era su hermanastra, y que todo iba a ser complicado si se dejaba llevar, pero lo que realmente le asustaba era la intensidad de lo que sentía por ella. Nunca antes se había sentido así. Nervioso y totalmente preocupado, miró a la joven que lo miraba en la misma tesitura.

–No debería de...

–No, claro que deberías de haberme besado.–la cortó él aún sin aliento y tratando de controlar sus hormonas.

Ella asintió y él la atrajo hacia sí, acortando las distancias y besándole la frente. La dejó caer sobre él mientras miraba como la luna se reflejaba en el cabello rubio de la chica.

–Todo va a ir bien.–le dijo entonces, aunque sabía que esa frase se la había dicho mucho más a él mismo que a ella.

Mil gracias por leer. ¿Os gustó? Un abrazo grande!!!

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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora