–¿Que hacéis aquí?–preguntó la autoritaria voz de Paco.
Paco y Sofía los habían seguido desde abajo. Una mirada de ojos verdes se posó preocupada en una chica rubia al reconocer la foto que esta tenía en la mano. Clara salió del shock.
–¿Qué significa esto?–le preguntó con furia su hija.
Sofía y Paco intercambiaron una mirada.
–Clara puedo explicarlo...–comenzó ella.
–¡Me has mentido! –la acusó la chica.
–No tenía opción.–se excusó Sofía.
–¡Vuelves a mentir! –le chilló intentando salir por la puerta en la que Paco cortaba el paso–.
–No, no la tenía.–dijo Paco.– No si queríamos protegerte.
Clara le dirigió una mirada asesina. Paco también estaba metido dentro del engaño. ¡Por supuesto que sí!
–¿Protegerme de qué? –miró en seguida a Diego, pensando en que desde un primer momento él había querido protegerla.– ¿Tú también lo sabías?
–Por supuesto que no. Estoy igual que tú. Mi padre nunca ha querido contarme nada.–le aseguró con los ojos como platos.
Paco los mandó callar con un grito que no admitía ninguna réplica.
–Bajad al salón. Vamos a explicároslo.
Clara y Diego intercambiaron una mirada antes de obedecer y salir de la habitación seguidos de los adultos. Bajaron las escaleras y se sentaron en los sofás al tiempo que Paco cerraba las puertas correderas. Clara evitaba mirar a su madre, quien no le quitaba ojo de encima preocupada.
–Lo que vamos a contaros no debe de salir de aquí.–todos guardaban silencio mientras Paco buscaba las palabras adecuadas y el modo correcto de contar aquello.– Bien...es mejor partir de lo que ya sabéis.
–¿Por qué me dijiste que siempre has vivido en nuestra antigua ciudad?–preguntó Clara dirigiendo una mirada acusadora a su madre.
–Porque era lo que debías de creer.–susurró. Esperó unos segundos antes de volver a hablar.– Tu padre y yo éramos de aquí. Siempre hemos vivido aquí, hasta que no tuvimos más remedio que irnos. Tus padres deberían de haber hecho lo mismo.–añadió mirando a Diego.
El chico la miró sin entender.
–¿Por qué?
Paco miró a su hijo.
–Quiero que me escuches antes de decir absolutamente nada.–le pidió.–Por favor Diego.
El chico lo miró, serio, pero acabó por realizar un leve asentimiento de cabeza al ver la forma en la que Paco lo observaba. Por primera vez veía fragilidad en él.
–Andrés y yo siempre hemos sido amigos. Éramos como Jaime y tú de pequeños, tal y como estás ahora con Miguel, inseparables, siempre estábamos el uno con el otro. –se llevó una mano a la cabeza– Hacíamos todo juntos, y por ser populares y gustarle más a las chicas hicimos algo que aún nos está dando consecuencias.
Paco calló intentando ordenar sus ideas.
–¿A qué te refieres?–preguntó Clara impaciente.– ¿Y qué tiene que ver con nosotros?
–Escúchalo tú también antes de hablar y déjalo acabar.–le pidió su madre.
La chica frunció los labios molesta pero no hizo ningún comentario más al respecto. Se limitó a entrecerrar los puños y a mirar a su padrastro.
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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|
Teen FictionHISTORIA COMPLETA #1 en hermanastros 26/10/18 #5 en misterio y en suspenso 02/09/18 ¿Y si estuvieses destinada a morir incluso antes de nacer? Clara es una joven de quince años que vive en el sur de España. Al borde de la quiebra, su madre Sofía, c...