Sofía y Paco miraban a través del cristal de la sala de interrogatorios. El inspector Méndez y el jefe de policía Rodrigo estaban interrogando al presunto asesino, un joven de unos veinte años con ojos muy saltones y oscuros, de aspecto desgarbado y a la vez corpulento. Rodrigo no paraba de dar golpes en la mesa, queriendo extraer información como fuese. Al cabo de una media hora, el presunto acusado salió de la sala, totalmente libre de cargos.
–Javier, puedes irte, pero no te olvides que te estaremos vigilando.–dijo de malas pulgas el inspector.
Paco se les quedó mirando, iracundo.
–¿Cómo podéis dejarlo en libertad así como así?–les echó en cara a ambos hombres.
Tanto el inspector Méndez como el jefe de policía Rodrigo intercambiaron una mirada.
–No hay pruebas vinculantes que lo acusen directamente, son simplemente especulaciones.
–Tiene una buena coartada que yo mismo me he asegurado de comprobar.–añadió Rodrigo mientras se colocaba una gabardina y se ponía bien el cuello de la camisa. Se pasó una mano por su pelo oscuro y miró detenidamente a Paco, a la espera de alguna objeción.
–¡Debe de haber algo! ¡Alguna prueba!
El inspector Méndez chaspeó los dedos.
–No hay nada vinculante salvo el hecho de que tu no deberías de estar aquí, Ismael. Un investigador del Estado de tu calibre debería de estar merodeando por las calles y tratando de que este tipo de cosas no pasen. Deberías de hacer mejor tu trabajo.–comentó, mirándolo de soslayo y marchándose.
Paco apretó los puños y entrecerró los ojos a través de las gafas.
–¡Maldito sea!–se quejó el hombre cuando se quedó a solas con Sofía.–A este paso nunca daremos con nadie de esa maldita secta. Aquí todos se encubren unos a otros, y hasta los nuevos ayudantes que me proporciona el Estado pasan a ser parte de esa maldita secta en cuanto tienen dinero delante–prosiguió apesadumbrado al tiempo que Sofía le ponía una mano en el hombro.
Cogió el móvil y empezó a marcar un número que se sabía de memoria.
–¿A quien llamas? –preguntó Sofia.
–Al subjefe Reid, de homicidios de la ciudad de al lado.
–El también estará comprado, y dudo mucho que nadie quiera venir a investigar casos de los que no se dan ningún parte en este sitio tan alejado de la mano de Dios. ¿No te resulta raro que siempre tenga cosas que hacer y que después de que insistas tantísimo él mismo le de la razón al inspector Méndez?
Paco se frotó las sienes.
– Alguien tiene que responder ante esto. Ya sólo me queda convocar a los medios de comunicación, y estaré muerto antes de hacerlo e incluso irán a por los periodistas que se atrevan a hacer algún reportaje. Es más, ni el mismo Gobierno lo permitiría. Esto es...frustrante. ¿Crees que no puedo hacer nada?
Sofía frunció los labios.
–Ya lo has intentado todo, hasta has hablado con el primer ministro y ni tan siquiera quiso venir a comprobar que era cierto que existía una ciudad aquí. Nadie va a creerte, y si lo hacen una vez que investiguen van a ser comprados por quienes sean que formen esa secta. Si se puede hacer algo, aún no sabemos qué es. No cuando nadie quiere hablar y todos están asustados.
Paco la observó, al tiempo que no obtenía respuesta al otro lado de la línea.
–Tiene que haber alguien honrado y valiente en alguna parte de este lugar capaz de ayudarnos.
Sofía se quedó en silencio, pensando en sus palabras y en aquella ciudad corrupta.
–¿Por qué no nos vamos de aquí? A otro país lejos de aquí. Quizás allí nos ayuden.
Paco ladeó la cabeza.
–Nunca estaremos seguros si nos vamos de aquí. Yo mismo tuve que volver varias veces mientras esperaba que Clara y tú vinieseis desde vuestra ciudad, simplemente para que vieran que seguía por aquí. Además, ningún país nos creerá sin pruebas y sin apoyo y tú eres la primera que sabe que no sirve de nada huir. A ti también te encontraron.
Ella cogió aire y lo miró con decisión.
–Sí, pero tú me encontraste antes.
Gracias por leerme. Un abrazo enorme y mil gracias de nuevo especialmente a esas personitas que me han animado a seguir compartiendo esta historia con sus mensajes. No me cansaré de decir que sois increíbles. Besos y feliz fin de semana.
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Lo que el miedo no pudo silenciar© |TERMINADA|
Novela JuvenilHISTORIA COMPLETA #1 en hermanastros 26/10/18 #5 en misterio y en suspenso 02/09/18 ¿Y si estuvieses destinada a morir incluso antes de nacer? Clara es una joven de quince años que vive en el sur de España. Al borde de la quiebra, su madre Sofía, c...