Luffy

10.1K 534 64
                                        

Nieva por primera vez.
Luffy x OC.

—¡Wohoo!, ¡veo una isla!

—Luffy, baja del mascarón de Merry, que hace mucho viento.

—¡Sí; Luffy, vente! Debe de ser una isla de invierno. El clima ya se ha estabilizado.

—¡Qué amargados, Ilya y Usopp! Si es una isla de invierno..., tiene que haber nieve. ¡Ah~, ya tengo ganas de llegar!

—Pero abrígate, cazurro —criticó Sanji antes de darle una patada en la cabeza—. Solo nos faltaba que tú también cayeses enfermo…

—Por una vez tiene razón el cejas de espiral, capitán. Ya tenemos suficiente con llevar a Nami para que la vea un médico. Hasta reclutar a uno, no podemos permitirnos perder más tiempo.

—Claro; tenemos que llegar cuanto antes a Alabasta para que Vivi pueda salvar a su pueblo y tú acabar con Crocodile —le recordó Ilya mientras le ponía un abrigo sobre los hombros. Este aceptó de mala manera, pero motivado por sus palabras le sonrió y se abrochó bien la cremallera.

—¡Bien!, ¡encontremos un médico rápido!

Tras escalar una larga montaña empinada por fin encontraron un médico, la doctora Kureha, quien se encargó de la enfermedad de Nami y de las recientes heridas que se había hecho Sanji, que al final tuvo que transportar Ilya para que Luffy no se pr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras escalar una larga montaña empinada por fin encontraron un médico, la doctora Kureha, quien se encargó de la enfermedad de Nami y de las recientes heridas que se había hecho Sanji, que al final tuvo que transportar Ilya para que Luffy no se presionase todavía más.

Fue en aquellos momentos de calma, mientras ninguno de ellos despertaba, en los Luffy pudo fijarse en la nieve por primera vez.

—¡Es genial! Nunca había visto algo así. ¡Mira, Ilya, se derrite en las manos! —exclamaba su capitán como un niño feliz. Su pelo azabache, bañado por aquellos diminutos copos blancos, lo hacía destacar más. Hasta su sonrisa era más brillante. Lo más probable era que ella también tuviese un aspecto parecido, por su color oscuro de cabello y la palidez de su rostro, ahora enrojecido.

—Sí; yo tampoco la había visto antes. Mi reino está en una isla de primavera y nunca hizo tanto frío como para nevar —Recordó con nostalgia. Miró a su alrededor, con el gran castillo erigiéndose a las espaldas de ambos, que estaban en la entrada jugando con la nieve—. ¡Ojalá pudiese llevársela a mi hermano para que la viese y…!

Una bola de nieve impactó en su cara, por lo que tropezó y cayó. En el suelo había un montón de ella, así que amortiguó el golpe.

—¡Batalla de bolas de nieve, shishishi!

—¡Qué cobarde atacando por la espalda! ¡Ahora verás! —E Ilya se recuperó como pudo para ponerse al nivel de su capitán.

—¡Gomu gomu no…! —Luffy estiró su brazo hacia atrás—. ¡WA~, se me ha derretido en la mano! —Y recibió de lleno las dos bolas que había conseguido preparar Ilya. Sus ojos violetas chispearon con una sonrisa maliciosa mientras acumulaba nieve para una trinchera—. ¡De esta no te libras! ¡Gomu gomu no muchi! —Y su pierna, como un látigo, arrastró un gran montón de nieve sobre ella, que gritó y se hizo una bolita ante el impacto fatal.

—¡Qué bruto eres, Luffy! —protestó la de pelo morado tosiendo con fuerza—. ¡Ay, arde cuando la tragas!

—¿Uh? ¿Estás bien? —preguntó por fin Luffy, acercándose curioso a su nakama.

Y recibió de frente una gran bola que había reservado. Cayó de pleno y antes de poder levantarse Ilya puso sus rodillas encima de sus brazos mientras le lanzaba un par de más.

—¡Ilya, no seas tan mala!

—Acepta tu rendición entonces.

—¡El Rey de los Piratas no se rinde ante nadie! —Y enrolló sus piernas a la cintura de Ilya para tirarla enfrente de él. Imitó su técnica y le agarró los dos brazos con una mano mientras con sus rodillas presionaba sus muslos—. ¿Y ahora qué dices, eh?

La chica se quedó bloqueada de repente, y sintió que ni la nieve quemaba tanto como sus mejillas en ese instante. No se había dado cuenta de la cercanía de su capitán, y ahora se reprendía por actuar de esa forma cuando intentaba que sus sentimientos no saliesen a flote delante de nadie.

—¿Pasa algo, Ilya? ¿Tú también estás enferma? —Y pinchó con los dedos su mejilla izquierda.

—N-No. Tú solo quítate de encima.

—¡Ni hablar! ¿Cómo sé que no vas a volver a engañarme?

—Por favor… No voy a hacer nada.

—¿Y esa cara? ¡Hasta que me digas qué te pasa, no! —Y se acercó más a ella, con un puchero adorable. Ilya se mordió el labio, queriendo contenerse, pero con Luffy pinchándola era difícil—. ¡Oh, venga! ¡Pero cuéntame, Ilya!

La chica le dio un pequeño y fugaz beso en los labios, antes de que pudiese pensarlo siquiera, y el agarre desapareció al mismo tiempo. Se apartó rápido, sin saber qué hacer tras meter la pata.

Luffy estaba en el mismo sitio, de rodillas y con los ojos muy abiertos, pero sin más expresión—. Así que era eso… —Colocó su sombrero de paja en la cabeza—. Siento haberte presionado tanto, pero… —Alzó la vista hacia ella y le dedicó una de sus grandes sonrisas— por lo menos ahora sé que te gusto, shishishi.

No entendía nada la menor y se quedó quieta sin articular palabra. Su capitán se acercó a ella para tranquilizarla pero no hizo falta nada más que devolverle aquel beso rápido y puro para hacerle entender todo.

—La principal razón por la que te quería de nakama era tenerte cerca de mí, ¿sabes? Y después de besarte, confirmo por qué tenía esa necesidad. A mí también me gustas, Ilya.

Retazos; One Piece x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora