Retazos; One Piece x OC

X Drake

Imperturbable.
X Drake x OC.

Podía parecer que Karibal no se daba cuenta de nada, pero observaba todo con sus ojos rasgados y azules, sin querer perderse ningún detalle de lo que ocurría a su alrededor. Al fin y al cabo, no dejaba de estar en su primera misión seria desde que se unió a la Marina. Por suerte para ella, coincidió con su mejor amigo. Juntos mostrarían que estaban a un nivel muy diferente al de los demás principiantes. Ellos ya poseían algo de conocimiento de haki, lo que era impresionante en aquel rango tan bajo que poseían, y una potencia y maniobrabilidad en combate dignas de soldados muy experimentados. Todos se habían impresionado con ellos. Excepto un hombre.

El rostro de X Drake era neutro, imperturbable y serio. Nunca decía nada de más, con la cabeza en otra parte y un desinterés tangible hacia los más jóvenes. ¿Acaso los menospreciaba? Entre la molestia y el desafío, se propuso acercarse a él.

El tiempo se había estabilizado en aquel mar imprevisible que era el Grand Line. Quedaba mucho trayecto hasta la isla de su misión. El contralmirante que dirigía la operación apoyaba la espalda sobre la pared que conectaba con los camerinos, cruzado de brazos y contemplando el cielo sin intervenir en nada. Era el momento perfecto.

—Buenos días, señor Drake.

—¿Qué quieres, Karibal? ¿Tu amigo ha vuelto a causar problemas?

—Si fuese así, no te lo contaría.

—Bien visto —Aquel hombre de pelo castaño, ojos azules y barbilla recta y prominente suspiró ante aquella rebeldía que parecía innata en ellos dos—. ¿Entonces qué es?

—Verás…, estaba pensando en que, para celebrar que es nuestra primera misión, podrías venir a comer algo con nosotros al llegar a la isla. ¡Es bueno que nos conozcamos mejor! —Karibal le sonrió mientras asentía, queriendo reforzar el mensaje, pero aquello nunca parecía funcionar con el marine.

—Primero sé útil para la misión y luego piensa en celebrar, novata —Karibal apretó los labios para no decir algo que no debiese frente a su superior. Aun así, la tensión de su rostro y puños era visible—. Usa toda tu energía en seguir practicando en el lugar de en tus planes absurdos, por favor.

—¿Por qué me odias tanto, Drake? —protestó por fin, sin ser capaz de detenerse. Su mente ya comenzaba a relacionar eventos, malas miradas, comentarios extraños,… con lo que acababa de decirle el contralmirante—. ¿Acaso no me consideras un soldado decente? ¿Ni siquiera te vas a interesar por mí?

Su tono de voz era mucho más calmado que aquellas ocasiones en las que estallaba y deseaba prender fuego a cada parte del barco, y por eso mismo era más aterrador y amenazante—. Karibal, deja de montar numeritos. Hasta que consigas resultados, eres otro soldado raso más. Te trato como trato a cualquiera de ellos.

—Y una mierda —X Drake iba a protestar por su vocabulario, pero se vio interrumpido defendiéndose de un puñetazo repentino—. ¡Si no vas a tomarme en serio, haré que me reconozcas a la fuerza!

Los nudillos de Karibal se tensaron. Flexionó las rodillas y apretó la mandíbula. Drake no iba a rechazar ese combate, por lo visto, pero no sacó sus armas. La chica sacudió la cabellera pelirroja en un acto de rabia, fijándose en si alguien de los alrededores intentaba intervenir. El crujido de la madera bajo sus pies nunca había sido tan claro. Ya no hacía tan buen clima; las nubes se acumulaban al norte. Los ojos de su rival parecían muertos, sin expresar ningún tipo de emoción o enfado por su insubordinación. A Karibal ya le daba igual. Cogió impulso y saltó hacia él; una patada voladora y un barrido rápido por abajo, una tanda de puñetazos a bocajarro y una rodilla al estómago. Pero ningún ataque llegaba; eran desviados por el dorso de las manos del contralmirante. Se desesperó y aumentó su poder con busōshoku haki. Pero él la imitó. En el impacto, fue ella quien se fracturó los nudillos. No tenía nada que hacer contra su nivel.