Retazos; One Piece x OC

Kid

Fuckboy.
Kid x OC.
AU.

El viento era seco en aquellas tierras áridas. A pesar de que el sol comenzaba a bajar, ya se notaba cierta penumbra. Los toldos y las carpas cubrían como podían aquel calor aberrante para proteger a aquellos hombres ya acostumbrados al bochorno.

—¿Algún día serás puntual, Eustass?

—¿Para qué? ¿Para aburrirme?

—No; para no dejarme tirado aquí en medio esperando por ti.

Kid bufó, conteniendo una risa juguetona—. Perdí la noción del tiempo, Killer. Ya lo experimentarás algún día —Le dio un par de golpes en su mejilla con cariño y salió de la moto por fin.

—Te recuerdo que te llevo cuatro años —replicó aquel rubio tan alto y musculoso. Casi parecía peligroso, pero su voz era mucho más tranquila de lo que podía dar la impresión—. Que no me apetezca estar cada día con alguien diferente no me hace...

—Deja de tomarte el tema en serio. Ni que nos llevásemos desde adolescentes y supiésemos cuándo hablamos en serio y cuándo no...

Killer se encogió de hombros y siguió a Kid hacia el interior de la concentración de motos. Con suerte pasarían un buen rato. Querían lucir las mejoras que se habían hecho, como padres orgullosos que eran.

—¿Por lo menos lo pasaste bien anoche?

—Bueno..., no estuvo mal —Kid alzó las gafas de la moto hasta pasar su frente, elevando así su cabello pelirrojo y quedar todavía más en punta—. Pero no repetiría. No era mi tipo. Demasiado insistente y agobiante.

Su amigo contuvo una sonrisa entre las marañas de pelo rubio que tapaban casi toda su cara—. Sería tu alma gemela, entonces. Eres el primero en ir detrás de todas hasta que caigan.

—¿Qué andas a decir ahora? —Como siempre, Kid se ofendía ante cualquier comentario negativo, aunque fuese algo que él mismo admitía. En su visión, solo él podía criticarse. Killer alzó sus manos en señal de paz y su amigo soltó por fin aquella camiseta que había agarrado con fuerza hacia él. Aunque él ya fuera alto de por sí, el pelirrojo lo era aún más, así que nunca había tenido pudor ni reservas a la hora de hacerle frente. Quizá por eso se respetaban tanto—. De todas formas, hoy quiero ir de primero y no tengo tiempo para esto.

Accionó el acelerador de la moto que llevaba por el manillar, queriendo escuchar aquel ruido celestial. Al escucharlo, los propios motoristas que lo rodeaban ya le dejaban espacio para que llegase al centro. Pero no todos lo hicieron.

—¡Y esta es mi nueva joyita! —Kid sintió un golpe en su hombro y vio a una mujer lanzarse sobre el círculo central para presentar aquella moto. Quiso asesinarla ahí mismo—. Tengo que darle una nueva capa de pintura, que esta ya tiene 5 meses y ya me he cansado...

—Tú, niñata. Quita esa horterada de en medio y deja hacer una demostración a los que saben.

—¿Nadie te ha enseñado lo que es la educación, gilipollas? —La rueda delantera de aquella moto de colores amarillos y morados chocó con la de la Harley metálica de Kid, enfrentándose casi al mismo nivel que las narices de los recientes contrincantes—. Quítate de en medio de una vez, que no dejas contemplar con admiración a los demás. ¿O prefieres que lo haga a la fuerza, grandullón?

—Oh, sí; inténtalo. Me encantará hacerte tragar tierra, bocazas.

Comenzaron a gritos, con Killer apartado de la situación entre una maraña de motoristas que jaleaban en su camino. En aquella ocasión, lo único que paró al pelirrojo fue su propio morbo. Aquella mujer que tenía delante tenía unas curvas increíbles y una cara de chica mala reflejada en aquellos ojos verdes que lo perturbaban.