Retazos; One Piece x OC

Zoro III

En un bar de carretera.

Zoro x Rina.
AU Contemporáneo.

Pedido de suugaarpiink.

Había quienes suspiraban por encontrar su lugar en el mundo, formar una familia, tener una casa y coche propios y alguna mascota. Había quienes se esforzaban por un futuro más brillante, un trabajo mejor pagado y una hipoteca menos sobre su espalda. Lo habitual en medio de una crisis económica planetaria donde nadie tenía asegurado el mismo oficio durante un mes era buscar la estabilidad. Aquella famosa frase, "somos la primera generación que no va a vivir mejor que sus padres", se repetía en las mentes resignadas —o revolucionarias— de los jóvenes adultos de su misma edad, pero Zoro no se consideraba como ellos.

«Si el futuro es incierto, lo único que nos queda es el presente», aquel era su mantra. A él no le interesaba un hogar y una relación estable; a él le apasionaban las aventuras, la incertidumbre del infinito horizonte en la carretera y una buena cerveza fría cuando el sol estaba demasiado alto para continuar la marcha. Zoro había aprendido a vivir los pequeños momentos e ignorar el pasado y el futuro. Trabajaba durante medio año y en la otra mitad gastaba todo lo que había ahorrado en algún viaje en moto con sus amigos. No eran precisamente una banda independiente, pero una vez llegaban a aquel bar de carretera, el líder de Victoria Punk aparecía y les comentaba cómo sería la jornada. Muchos susurraban sobre cuáles eran las actividades favoritas de las bandas —solo era necesario recordar a los Ángeles del Infierno—, pero aunque ellos se encargasen de contrabando o blanqueo de dinero, jamás les llegaban noticias. El líder sabía perfectamente cómo organizar su banda y todo lo que les informaba parecía ser inofensivo o, por lo menos, información codificada que solo sus propios camaradas podrían comprender.

A Zoro le daba igual el crimen o la justicia, el pecado o la virtud. Sus límites morales se encontraban donde se hallase la tranquilidad de que nadie le dispararía entre los ojos, así que no renegaba de aquella extraña relación con los Victoria Punk siempre que no implicase nada turbulento por su parte. Tenía amigos morbosos y otros acobardados, pero nadie avanzaba ni un paso hacia la banda motera. Aunque nadie lo comentase en alto, sabían que algo oscuro se retorcía detrás de la sonrisa peligrosa de su líder.

—Tú eres Kid, el jefe de los Victoria Punk, ¿verdad?

Y de repente llegó aquella mujer extraña y enorme al bar donde se solían reunir. Hablaba con resolución y confianza, como si no estuviese siendo fusilada por las decenas de ojos que detectaron una posible amenaza. Sus orbes oscuros, de hecho, parecían absorber toda la atención y devolver todo el impacto de aquella tensión silenciosa que llenó aquella sala en penumbra. Kid descansaba sus codos sobre la barra del bar mientras analizaba la situación. No parecía complacido, pero tampoco afectado.

—¿Qué quieres de mí, nena?

—Me llamo Rina, no "nena" —respondió ella, no tanto con molestia como con desinterés. Una amplia sonrisa blanca brilló en contraste con su piel tostada y se cruzó de brazos frente al líder—. Me he cruzado con uno de tus amiguitos, un tal Hawkins, tratando de robar a los míos. A mí me da igual lo que hagáis o planeéis, pero no volváis a entrar en nuestro territorio.

Kid no respondió; tampoco tuvo opción a ello. Antes de que nadie reaccionase, Zoro escupió la cerveza que se había estado tomando durante toda la escena y se echó a reír. Algunos se giraron en su dirección, sorprendidos, pero pronto la carcajada se contagió por todos los presentes, a excepción de Rina.