Reiju

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Baku.
Reiju x OC.

Los soldados del reino de Germa eran de los más solicitados para aquel tipo de tareas. Una vez dos países se enemistaban, el mejor ejército que se podía comprar era ese. Y una vez conseguido, la guerra ya había terminado para su bando. Con todo, ellos no se vendían tan fácilmente. Se necesitaban muchos ingresos económicos y una desvinculación del Gobierno Mundial. Y por eso el Nuevo Mundo se había convertido en su nuevo hogar tras ser desterrados del North Blue.

Vinsmoke Reiju, la primogénita de la familia, observó de nuevo las paredes ruinosas del palacio. Aquello no era ni una sombra de lo que había sido en el pasado, pero también sabía que aquel pasado era reciente. Tan reciente como para bañar de deseo de venganza a cada uno de los habitantes de aquel reino que ya no tenía techo bajo el que refugiarse.

—Estábamos en guerra en ese momento. Mis mejores hombres estaban conmigo en la vanguardia. Nadie esperaba que ocurriese esto. Nadie.

Vinsmoke Ichiji, el líder de Germa 66 después de su padre, asintió con su rostro inexpresivo de siempre—. Eso no me sirve para saber a quién tengo que matar. Necesito datos más específicos.

El rey, que unos días atrás debía haberse alzado en armas con la cabeza alta y el orgullo por las nubes, temblaba ante el tono frío y preciso de las palabras de aquel hombre pelirrojo que escondía sus ojos de muerto con unas gafas de sol.

—Han sido unos mercenarios. Esa forma de destruirlo todo no es propia de un soldado decente... Alguien debió contratarlos, y seguramente estos de los que te he hablado antes.

Reiju agradeció que no estuviese Niji, otro de sus hermanos, en aquella misión. Así no podía soltar ningún comentario sobre su pésima estrategia al no dejar a nadie cuidando de la isla. Aunque estuviesen tan desesperados y sedientos de sangre como para ignorar todos los insultos, aquella no era la actitud adecuada de un negociador.

—¿Tienes cómo pagarnos? Porque no moveremos ni un dedo gratis.

El rey se retorció las manos, sonrió e hizo todo lo que pudo por esconder el sudor que embadurnaba su frente, pero sin conseguir resultados—. Ellos se lo llevaron todo, así que no me cabe la menor duda de que tienen el tesoro del reino. Encuéntralos y mátalos y la recompensa será tuya en su totalidad.

La misión no era demasiado atractiva y por un simple motivo: tendrían que ponerse a olfatear el rastro como unos vulgares perros. Reiju sabía de sobra que el orgullo de Ichiji existía lo suficiente en aquel cuerpo mecánico como para despreciar el acuerdo, pero estaban hablando de una gran suma de dinero. Ellos ya se habían informado de las riquezas que poseía el reino y si podían conseguirlas, sería una estupidez rechazar la oportunidad.

—¿Cuál es el plan, Ichiji?

—Dejemos que nuestros soldados exploren la zona y busquen algún rastro. Mientras tanto, volvamos al Castillo Vinsmoke e informemos a nuestro padre. No creo que en este reino quede ni un solo edificio en pie que valga la pena visitar.

Reiju se limitó a asentir antes de seguirle el ritmo de vuelta a la costa, donde el barco de caracol se desperezó en cuanto los vio y nadó hasta su ubicación. Una vez Ichiji entró, su hermana mayor se quedó atrás, lo que llamó la atención del menor.

—Creo que voy a dar una vuelta y observar por mí misma lo que haya pasado con el reino. Cuanto antes acabemos, antes volveremos a casa. —Ichiji accedió sin mostrar ninguna queja. A fin de cuentas, cada uno era libre de hacer lo que quisiera mientras completase su misión.

Ya en solitario, Reiju se permitió suspirar y dejar de fingir que no veía los cadáveres, los regueros de sangre recorriendo la zona o las columnas de humo que enmarcaban otro ojo del huracán.

Retazos; One Piece x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora