46 (Narra Carlos)

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Julia me arrastró hacia la habitación, todos estaban fuera hablando de las firmas, pero ella tenía algo importante que decirme y me daba igual cualquier conversación si era por ella.

- Me dijo que mi novio se había ido a Canadá y que sabía que follabamos aquí.- dijo en referencia a eso que me había comentado ya anteriormente sobre aquella chica.

- ¿Y crees que es cierto?- le pregunté desconcertado.

Estaba realmente impresionado por lo que acababa de oír. No me creía que su novio se hubiese ido, pero me creía aún menos que una persona fuera tan cruel como para decirle eso, aún a sabiendas de que Julia no puede comunicarse con el exterior.

- No lo sé... siempre fue nuestro sueño vivir allí. - comentó y posteriormente soltó un suspiro.

- Wow... -respondí por decir algo, ya que, en verdad, me había quedado sin palabras.

- Creo que deberíamos intentar esconder más lo nuestro delante de las cámaras. Quiero seguir contigo siempre pero... todo el mundo sabe que le estoy poniendo los cuernos a Javi y tampoco quiero que sea así... -hizo una pausa.- seguro que lo está pasando fatal por mi culpa.

- No es tu culpa Julia, no lo podías evitar.

- Pero si podría haberlo ocultado más.

- Es difícil ocultar que estás enamorado.- admití.

Me miró a los ojos y, durante unos segundos, pareció la mujer más vulnerable del mundo.
Correspondí a su mirada con un beso en la frente.

- Yo también te quiero... pero no puedo hacerle eso a Javi. No ahora que lo sé todo.

- Vale, no te preocupes, delante de las cámaras lo ocultaremos más.- solté y la abracé tras mis palabras.- pero cuando nadie nos grabe, ya te puedes ir preparando, porque no te vas a librar de mi.

- Ni quiero.- me dijo.

- Te quiero mucho, locuela.- le dije y le revolví el pelo.

- Y yo a ti gordi.- contestó riendo.

Nos fundimos en un nuevo abrazo y volvimos al sofá con el resto de los compañeros. Estuvimos hablando toda la noche sobre las firmas.
Julia y yo nos dábamos la mano por debajo de una manta verde mientras las cámras grababan, después, ya no lo ocultamos más.

La quería tanto, que me habría tirado por la ventana si ella me lo hubiese pedido.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora