Carlos y yo ya nos habíamos despedido, cada uno iba a tomar su camino hasta volver a vernos en la gira, pues, queríamos pasar tiempo con nuestras familias y amigos y, desgraciadamente, vivíamos muy lejos.
Estaba en casa con mi madre, decidiendo qué podíamos cenar.
Acordamos ir a por una pizza, así que, cogí el coche y fui a un restaurante para cogerlas.Al llegar a casa, había una figura de un hombre esperando en la puerta.
Debido a la oscuridad, fui incapaz de averiguar quién era, pero, únicamente por su silueta, me sonsaba la persona.Me acerqué con la caja de pizza en la mano y la persona se giró para mirarme.
- Hola.
- Javi... ¿qué haces aquí?- pregunté sorprendida.
Mi corazón empezó a palpitar verdaderamente rápido, después de todo lo que había pasado, me ponía nerviosa su presencia.
Aún lo quería, lo quería como amigo. Y no sabía como actuar.- Tenemos que hablar.- comentó él.
Suspiré ante su comentario. ¿Qué iba a hacer él ahora? ¿Qué debería hacer yo?
Entré en casa y le dejé la comida a mi madre, luego, volví a salir con la escusa de haber dejado mal aparcado el coche.
- ¿Qué quieres? Dime.-le pregunté cortante.
- Tampoco hace falta que me hables así.
Rodé los ojos como respuesta y él continuó hablando.
- Julia, yo aún te quiero... podemos volver a intentarlo.
Me senté en el suelo y apoyé mi cabeza contra la pared de la entrada a mi casa. Él se sentó a mi lado.
¿Estaba esto pasando realmente? ¿Tenía que pasarme ahora?No sabía como actuar, las palabras de Javi me dolían, por el simple hecho, de que llegaban tarde.
Siempre había necesitado escuchar eso cuando estábamos juntos y, ahora que lo habíamos dejado, venía a decírmelo.
Javi había sido una de las personas más importantes de mi vida, con él había descubierto el amor.
Pero también con él había descubierto lo que era un corazón roto y una relación tóxica.- Te fuiste a Canadá...- fue todo lo que alcancé a decir.
- No me hagas hablar de Carlos, Julia, eh...
Cerré los ojos. ¿Qué podía hacer?
