Me desperté sola en la habitación del apartamento en el que me estaba hospedando durante la gira. Carlos había dormido en el cuarto que estaba a la izquierda del mío.
Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina.
Mi sorpresa llegó cuando escuché a alguien dentro.
Había música sonando, pude reconcocer "El ataque de las chicas cocodrilo" y a Carlos cantando a pleno pulmón.
Me quedé detrás de la puerta escuchando como lo hacía hasta que terminó para, después, entrar.- Te veo muy desafinado, Carlos Right.- le dije.
Puso cara triste y me sacó fuera de la cocina.
- ¿Qué haces?- le pregunté entre risas.
- Nada...- dijo con una pequeña sonrisa.
- ¿Por qué eres tan bebé?- cuestioné observando su cara de niño bueno.
- Da igual, no digas nada, solo duerme. Venga, a cama.- dijo paseándome hasta mi habitación .- Descansa.
- Que no, Carlos, que ya estoy desvelada.
- ¿Qué dices? Si no has dormido nada. ¿Que has dormido? Nada.
- Si he dormido muchísimo.
- Shh.- me mandó callar poniéndome su dedo en mi boca.- que te estoy haciendo el desayuno, pesada.
Empecé a reírme y traté de apartarlo para ver qué desayuno estaba preparando, pero no lo conseguí.
- Vale.- dije haciéndome la enfadada mientras él salía victorioso.- pero ya puede estar bien rico.
- Va a estar buenísimo.
Sonreí y me senté en la mesa de la cocina, tapándome los ojos, mientras esperaba por mi comida.
Al destapármelos, contemplé como sacaba la bandeja del horno y cómo emplataba el majar. Después, me lo puso delante; eran unas tosatadas con huevo y queso. Luego, puso un su plato a mi lado y se sentó.Comimos en silencio. Silencio que Carlos interrumpió para preguntarme:
- ¿A que está buenísimo?
- Muy bueno para ser tú.- le respondí de broma.
- Anda ya, ¡exagerá!
Seguí comiendo bajo la antenta mirada d Carlos, pues, el ya había acabado.
- ¿Qué quieres hacer el resto del día?
Sonreí.
Hace dos días no me habría imaginado a Carlos diciéndome esto y, siendo sinceros, ni ahora mismo me lo creía.- No lo sé, improvisa tú.
- Te voy a sorprender lo más grande.- afirmó.
Sonreí.
- Te quiero.- susurré de forma casi inaudible.
- Yo si que te quiero.- dijo dándome un beso en la mejilla para luego recoger los platos de la mesa.