Llegamos al hotel después de la fiesta, había estado bien, aunque la despedida había sido bastante dura, pues, hasta la Gira, no volverímos a estar todos juntos.
- Tengo mucho sueño.- me comentó Julia mientras se cambiaba de ropa.
- Claro, es que, ¿que hemos dormido? ¿1 hora? ¿Media?- dije en plan broma y Julia empezó a reírse.
- No hombre, hoy hemos dormido muchísimo, nos hemos despertado a las 10.- soltó y calculó mentalmente algo para añadir.- Hemos dormido 6 horas.
- Es broma.- le dije revolviéndole el pelo.
Me encantaba hacerle eso y ver su cara, risueña, mirándome.
La sonrisa de Julia era la más bonita del mundo, y me encantaba que, a veces, estuviese dirigida a mi.- No me manipules el pelo.- soltó conteniendo la risa.
- Manipular dice...
Tras esto, Julia me mordió el cuello y me regaló un beso en los labios, para después, meterse en cama mientras yo aún seguía de pié.
- Vente anda, que quiero dormir.- me pidió al verme con el teléfono.
Me acerqué a la cama y me senté a su lado.
Estuvimos mirándonos a los ojos un rato y pronto me rondó un tema a la cabeza.- ¿Has hablado con tu madre?
Asintió con una sonrisa falsa.
- ¿Y todo bien?- insistí.
- Si... ¿dormimos?- preguntó con un tono entristecido.
- Si quieres si, pero me gustaría saber qué pasa.
- Abrázame Carlos.- me pidió y yo hice lo propio.
Mantuve el abrazo hasta que Julia se quedó dormida encima de mi pecho, estaba realmente cansada.
Yo, por mi parte, estaba muy preocupado por su estado de ánimo. Sentía que algo iba mal y quería entender que pasaba, pero ahora no podía.
Me limité a mirar como Julia dormía, como respiraba y como su pecho se movía al ritmo de sus inhalaciones y exhalaciones.
Era un ángel, y yo, cada día que pasaba, me sentía más enamorado de ella y de su forma de ser.Era la casualidad más bonita que me había ocurrido, nunca mejor dicho.