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Me desperté temprano por la mañana, Noemí me había dicho que Alba y yo teníamos un mensaje que escuchar en la cabina y tenía los nervios a flor de piel.  Suponía que era de Carlos, ya que, nosotras dos, éramos con quien mejor se llevaba, pero... no estaba muy segura, ya que, con un programa como OT, nunca se sabe.

No sabía qué hacer, así que, fui a la ducha. Ayer había pasado una noche horrible. Natalia me repitió muchas veces que no era la muerte de nadie, pero a aquí dentro se magnificaban tanto las cosas, que no pude apenas dormir entre tanto sollozo.

Cuando el agua de la ducha cayó sobre mi cuerpo me sentí algo mejor, siempre me pasaba, me relajaba mucho. Sin embargo, seguía encontrándome muy mal, iba a echar mucho de menos a Carlos durante el tiempo que estuviera aquí dentro, al fin y al cabo, era mi pareja, y lo quería muchísimo.

Al terminar mi baño, Noemí me informó de que ya podía entrar dentro, y así lo hice.

Me senté en el sofá que había puesto y esperé hasta escuchar algo. Cerré los ojos, esperaba con todo mi ser que fuera un mensaje de Carlos, necesitaba escuchar su voz, al menos, una última vez antes de salir del programa.

- ¡Hola, Julia!

Mi corazón dio un brinco, era él.

- Emmm... Bueno, no sé que decir... Es que esto se me hace muy raro porque no me vas a poder responder y hace mucho que no mando audios...

Era tan idiota... me hacía muy feliz con esas pequeñas tonterías.

- Quiero que sepas que voy a intentar verte todo el tiempo por el 24 horas, que te quiero muchísimo y... te voy a estar esperando fuera para recibirte como me tu me despediste, eh, locuela... Oi, oi, oi, qué calor hace aquí ¿no?- comentó y empezó a reírse.

Me reí escuchando su propia risa, quería verlo ya...

- Sé que vas a ganar el concurso, así que, con los dineros podemos comprarnos un pisito ya, ¿no?- preguntó riéndose.- Te quiero muchísimo Julita y quiero que sepas lo artista que eres y lo orgulloso que estoy de ti.

Se me formó un nudo en ma garganta ante esas palabras, me hacía muy feliz tenerlo en mi vida.
Sabía que cuándo ni yo misma confiara en mi, él si lo haría, y estaría ahí para hacerme ver lo que valgo en caso de que yo no pudiese verlo.

- Carlos, tienes que despedirte. -se escuchó la voz de Noemí.

- Chao cielo, te quiero mu...

La llamada se había cortado.
Solté un largo suspiro y me quité las lágrimas de la cara.
Quería tanto a Carlos...

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora