- Jo, pobre... se tuvo que sentir fatal. -dijo Alba mientras le contaba lo que la chica le dijo a Julia en las firmas.
Estábamos en la habitación, Julia estaba durmiendo ya y esta noche, lo hacía sola por primera vez, así me lo había pedido ella, pues, si yo no estaba a su lado, casi siempre tenía pesadillas, y quería evitar eso.- Ya... en fin, ahora lo ocultaremos más y ya.
- Si, seguro que al salir podéis ser más libres.- contestó sonriente.
Alba era mi segundo mayor apoyo aquí dentro, después de mi novia, claro. Con ella me sentía súper cómodo y era como mi mejor amiga aquí. Siempre me animaba y podía confiar en ella muchísimo.
- ¿Y tú que tal con Natalia?
- Buff... ¿podemos salir fuera a hablarlo? No quiero que nos oiga.
Asentí y nos dirigimos al sofá, ella se sentó sobre mí y comenzó a hablar.
- Ahora mismo paso de Natalia, ella está solo con Miki y no me hace ni caso. Para mi es pasado, fue un lío y ya.
Me quedé muy sorprendido, hace poco Natalia era muy importante para Alba, y ahora era solo un lío.
- ¿Y todo lo qué sentías?
- Era por la persona que me imaginaba que era, Natalia no es como yo pensaba...-hizo una pausa.- no quiero decir que sea mala, solo que no es buena para mi.
Asentí, sabía perfectamente lo duro que era una relación tóxica.
La abracé con poca fuerza, era tan pequeña que sentía que en algún momento se podía quebrar en mis brazos.
Nos miramos a los ojos unos segundos, su mirada era mágica. Le brillaban, era como ver estrellas dentro de un iris.
Nos acercamos un poco, pero ese poco era mucho teniendo novia. Estábamos a punto de besarnos, pero me aparté.
No sabía que me había pasado, con Alba solo me podía dejar llevar.
Pero yo amaba a Julia, no podía hacerle eso, ni quería.- Perdona.- soltó Alba.
Y tras esto, se levantó y se fue, dejándome solo en el sofá con mis pensamientos.