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Aunque los dias se me hacían más aburridos sin Carlos, estaba bien dentro de la Academia.
Era yo, de hecho, la que intentaba darle más alegría a la casa mientras él no estaba.

Esta semana Marta y María estaban nominadas.
Cada vez, la final estaba más cerca. Ya éramos muy pocos los que queábamos dentro y se notaba mucho la ausencia de la gente.
Estas últimas semanas habíamos hecho muy buenas migas todos, éramos como incluso más familia, si cabía.

Me levanté de cama muy emocionada, pues, hoy era mi cumpleaños y tenía muchas ganas de ver que me deparaba el día de hoy y que me tenía preparada la Academia, ya que, siempre que alguien celebraba su aniversario, hacían algo dentro.

Estábamos todos en el desayuno.
Me habían puesto a mi como cabecera de mesa, cuando normalmente era María.
Mientras comía mis tostadas todos me felicitaban y hablábamos de temas triviales.

- Bua, pues hoy no se que harán... pero... pero vamos que fijo que algo súper guay.- dijo Marta y después añadió.- porque siempre hacen cosas geniales cuando cumple alguien.

- Espero que traigan cervezas.- dijo María sarcásticamente.- pero como todos sabemos que eso no va a ocurrir, por lo menos chocolate o algo, ¿no?

Sonreí.
Tenía el presentimiento de que algo genial iba a ocurrir hoy.

- Yo creo que van a venir los chicos o algo.- afirmó Miki.

- ¿Qué dices tú? Tú estás loco.- le dije.

- El año pasado también fueron.

- Coño, pero el día antes de la final Miki.- soltó Natalia.

- Pero tenemos que ensayar "Somos".- informó él.

En ese momento todos nos quedamos en silencio.
Era cierto. Teníamos que ensayar la canción y no había manera de que pudiéramos hacerlo bien sin el resto.
De pronto, una emoción llenó mi cuerpo. Podría ver a Carlos.

- Yo no es por ser pesimista, que no quiero eh, pero seguro que le traen una tarta o algo y ya... Porque sería injusto que al resto unas tortitas o pizza y tal por el cumple y a ella los compañeros, o sea, no se... ¿no?- comentó Marta.

- Para una vez que tienes razón, hay que dártela.- admitió Miki.

- Perdonadme por el pesimismo.- se disculpó la chica.

- Nada, tranquila, que no vuelva a suceder y ya está.- comentó Miki y todos rieron.

- Es que me encanta esa broma, de verdad.- respondió Marta.

Pero entre las risas de todos una ilsuión brotaba en mi.
Había posibilidades de que vinieran, y eso me llenaba de alegría.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora