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Mañana había Gala, y estaba nerviosa por si nos nominaban a mi o a a alguien del equipo VacilOT, que en esa semana, ya nos habíamos convertido en uno.
Sobre todo, yo y Carlos.

Me llamaron para ir a vestuario, era la primera vez que hacía algo así, así que, estaba nerviosa por si me ponían algo que no me gustaba o me incomodaba y luego no me dejaban cambiarme de vestuario.

Una vez llegué allí, tuve que esperar a que salieran Alfonso y Carlos, que estaban escogiendo sus outfits.

- Ay mi Carli, ¡AY MI CARLI!- se escuchaba dentro de la habitación.
Era la voz de Alfonso.

También se escuchaba la risa de Carlos, que estallaba en una carcajada.

Sabía perfectamente porqué decía eso Alfonso, Carlos tenía un cuerpo increíble, y en ese momento, el latino estaba gozando de verlo casi desnudo.
Entonces empecé a reírme yo también, pero en un tono mucho más bajo.

Poco tardó en abrirse la puerta y Alfonso salió de la habitación.

- Ay Juli, tú no sabes lo que te espera ahí dentro, mi vida. ¡No lo sabes!

De nuevo, comencé a reírme. Aunque esta vez, más fuerte.

- Julia, pasa. -dijo una voz.

Entré dentro y me encontré con Carlos semidesnudo, con el único acompañamiento de un bóxer, y yo enrojecí al comprobarlo.
Noté como los músculos de su espalda se movían mientras se vestía.
Tenía todo el cuerpo realmente marcado, seguramente por las horas que se habría pasado en el gimnasio para conseguirlo.
Sus bóxers eran de un tono grisáceo, eran muy ajustados, apenas dejaban espacio a la imaginación.
Inconscientemente me mordí el labio, pero pronto me di cuenta y frené mis impulsos.

Poco tardaron en darme un vestido rojo pasión para que me lo probase.

- Es que... no se si me será incómodo para cantar.- dije antes de cogerlo.

No me gustaba nada la idea de ir tan arreglada, yo era una chica más sencilla y prefería llevar cualquier vaquero con una camiseta.

Y eso me dieron después.

Una camiseta de tirantes con un estampado de rombos, acompañada de un vaquero negro y botines. Ese iba a ser el look para mi primera Gala dentro de la Academia.

- Pruébatelo.

- ¿Ahora?- pregunté mirando a Carlos.

Nuestra confianza era obvia, pero desde luego, no teníamos tanta, o al menos yo no, ya que, él si estaba sin camiseta delante de mi.

- Si.

Me puse de espaldas a él y me quité la camiseta para ponerme rápido la que llevaría en la Gala.

- ¡Ay mi Julia!- dijo entre risas Carlos y, acto seguido, se marchó.

De nuevo enrojecí, Carlos era un chico tan especial...

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora