2

1.4K 62 0
                                    

Me desperté antes que nadie y, aunque estaba realmente agotada por haberme quedado hablando hasta tarde, estaba desvelada y no podría dormir más.

Solo Carlos estaba despierto junto a la zona de los armarios.

- Hola.-me saludó.

- Hola.-le correspondí sin poder abrir los ojos aún debido a la luz.- ¿Qué hora es?

- Son las 7:30. Aún puedes dormir más .-me informó señalando a las cámaras- están apagadas hasta las 8.

- Tú no has oído el golpe, ¿verdad?

- ¿Qué golpe?

- ¡Si me he caído de la cama!- dije y empecé a reírme en bajito. - Yo ya no puedo dormir aunque quiera.

Carlos empezó a reírse casi en una carcajada.

- Venga, pom, tu al suelo, pom.- comentó de broma y empezó a hacerme cosquillas hasta que me tiró al suelo de nuevo, con cuidado.

- Para tonto.- le dije, y al poco rato, frenó. -¿Está servido el desayuno ya?- agregué cuando ya estaba levantada.

- Para ti aún no, a esta hora solo se lo dan a los segundos más guapos de la Academia. -dijo sonriendo.

Le empujé levemente y acompañé su sonrisa.

- Nos lo ponen cuando empiecen a grabar las cámaras.- me informó, esta vez correctamente.

Me dirigí a mi armario a coger ropa de ejercicio, ya que, aunque hoy no había deporte, no me apetecía ponerme nada arreglado.

- ¿No te parece increíble estar aquí dentro?-preguntó.

-Nah, una cosa normalita.-respondí sarcásticamente con la cabeza aún dentro del armario.- me pasa todos los días.

Empezó a reírse para después añadir:

- Yo no sé como dar las gracias.

- No tienes que darlas, estás aquí porque eres bueno.- dije sacando un top rosa y unos leggings negros de mi armario.

- Ya...- soltó en tono entristecido. -¿Qué haces con eso?- cuestionó observando mi ropa.- Hay que llevar la camiseta con el nombre, tonta.

-Anda ya, a mi no me hace falta, mi se acuerda todo el mundo. -dije sarcásticamente, pero era cierto, no me había dado cuenta.

- Uy si, todo el mundo está en sus casas pensando en Julia Medina.

Empecé a reírme, y aunque me daba algo de vergüenza que escuchara mi risa, no podía evitarlo.
Desde pequeña se habían metido conmigo por tener una risa grave y alta, decían que era de hombre.
Ese complejo lleva conmigo toda mi vida, y no me gusta reírme a carcajadas y que puedan escucharme.

- Tonto.

- ¿Ahora no soy guapo? Ahora soy tonto.

- ¿Qué vas a ser tú? Tú lo que eres es un bebé pero grandísimo.- afirmé

- Ah, ¿si?

-Si.

-Pues prepárate- dijo y empezó a correr detrás de mi.

Escapé corriendo y llegamos a la cocina, riéndonos, y con él casi pillándome.
El desayuno estaba puesto, así que me paré.

- ¡Tostadas!- dije y Carlos frenó.

- Por fin, ¡qué hambre tenía!- dijo.

Pero antes de empezar a comer me cogió en el aire.

- Ahora ya no eres tan chulita, ¿eh?- comentó entre risas y dándome vueltas en el aire.

Poco tardó en bajarme y nos servimos nuestra comida para luego sentarnos casi al lado en la mesa. Yo estaba en la cabecera, y él a mi derecha

- Cuéntame algo Carlos Right.- comenté burlándome de su nombre.

- Cuéntame tú.- dijo él.

- Te lo he dicho yo.

- Bueno, pues pregúntame algo.- cedió.

- A ver, y según tú, ¿cuál es la chica más guapa de la Academia?- le cuestioné para picarlo.

- Uy, pues tú de última, eso seguro.- contestó sarcástico.

- La mejor de las peores.- solté en tono irónico.

- Exactamente.- comentó riendo.

Entonces la música que nos indicaba el comienzo del día sonó,y tanto las cámaras como nuestros compañeros, empezaron a levantarse.

- Una charla interesante, una pena que sea con la mejor de las peores. -dijo recogiendo sus platos.

- Tonto.- respondí yo, que aún no había acabado mi tostada de aguacate, aceite y sal.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora