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- Ala, pero si es carísimo.- dijo Carlos, refiriéndose a un hotel que estábamos mirando.

Me tumbé de golpe en la cama, no tenía fuerzas después de todo un día buscando diferentes apartamentos.
Él se tumbó a mi lado, regálandome un abrazo.

- Bueno... pues, de pronto, parece que hoy nos quedamos sin tener idea de nada.- comenté sarcástica.

- ¿Si o no?- cuestionó él retóricamente.

Suspiré.
Estaba realmente agotada, había sido un día bastante duro y, para colmo, teníamos solo tres opciones.

- Qué guapo ibas ayer.- le dije cuando repasaba las fotos de mi galería.- fue una mierda de fiesta pero por lo menos ibas guapo.

Los dos empezamos a reírnos.

- No como tú, que ibas horrenda.

- ¡Oye!- me quejé.

- Qué va...- comentó en un tono más bajo.- ibas guapísima, tonta.

Entonces me volví a sonrojar.
Él siempre me decía ese tipo de cosas, pero, curiosamente, siempre acababa por ponerme colorada.

- Venga, ¿salimos a sar una vuelta? ¿O que?

- Tu estás to mal de aquí.- respondí dándole un golpecito en la cabeza.- qué ahora somos famosos Carlos Right.

- Estoy mal... ¿Muy mal?

- Fatal.

- Fatal... ¿eh?

Se tumbó encima de mi y empezó a hacerme cosquillas.
Cuando paró, se quedó mirándome a los ojos.
En ese momento, nos llegó un mensaje por el grupo de WhatsApp de OT:

"Nenes, vamos a quedar todos ahora en un privado, pero de tranquis. Os mando la dirección."

Era María, iban a repetir el FiestOT, pero esta vez, de forma más relajada, para despedirnos; ya que, mañana, algunos se iban a sus casas.

- ¿Quieres ir?- me preguntó Carlos.

- En verdad estoy to cansá.

- Buff... yo también.

- Pero vamos anda, que si no luego nos quedamos de marginados.

Me levanté y cogí lo primero que vi en mi maleta. Me puse un vestido negro y unas deportivas, las Stan Smith.
Decidí maquillarme, aún nos quedaba bastante tiempo para ir hasta allí, así que, no tenía nada mejor que hacer. Por ello, me pinté los labios de rojo y me puse una cantidad de rímel bastante considerable, después, até mi pelo, liso, en una coleta.

- Qué guapa estás.- me dijo Carlos entrando en el baño y me dio un beso en el cuello.

- Guapo tú.- le respondí y me giré para besar sus labios.

Y es que, en verdad, él siempre iba guapo.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora