Cuando terminamos de cantar me acerqué a Carlos, teníamos poco tiempo para hablar, pues, pronto iban a irse y no podría estar más tiempo con él.
Me abrazó y me susurró al oído:
- Ya te he metio en mi lista negra. -comentó con una risa tonta.- venga pom, dentro, pom.
- Pero ha merdecido la pena
- Pues te he mentido en todas las letras.- contestó.
- ¿En serio?-
- No.- dijo después y me alborotó el pelo.- Qué bien te ha salido el plan, ¿eh, leona?
Sonreí sarisfecha y lo besé en los labios.
- La verda es que no...no se me ocurre que pueda ser.- admití.
- Pues te fastidias.- contestó dándome un golpe en la nariz.- por chantajista.
- Te perdono lo que acabas de decir si dejas de fumar.
- No.
- Pero, ¿por qué fumas?- pregunté.
Lo miré haciéndome la enfadada y él empezó a tocarme la cara y el pelo de distintas formas.
- ¡Mira cuántas cosas te pasan en este mismo momento!- dijo y comezó a imitar diferentes sonidos.
- Párate imbécil.- contesté riendo y, cuando por fin me obedeció, nos quedamos mirándonos a los ojos.
- Te voy a echar un poco de menos.- me susurró.
- Pues no te queda ná.- dije sarcásticamente para después añadir en un susurro.- y yo a ti.
Él sonrió y me besó en los labios.
- Espero que me quede mucho, así ganas y nos repartimos el premio.
- ¿Y quién te ha dicho que lo voy a compartir contigo?
Sonrió y me sacó la lengua antes de responderme.
- Lo sé yo, que soy muy listo.
De pronto, Noemí apareció indicando que nos separaramos.
Yo le di un último beso a Carlos y un abrazo de despedida a cada compañero expulsado, el más largo, a Dave y a Noelia.
Desparacieron por la puerta mientras el resto de la gente seguíamos ensayando, aunque yo no, ya que, ya había acabado mi parte.Me senté en el sofá junto a Sabela, Miki y Natalia, que estaban en ese momento viendo ensayar a Alba.
Natalia parecía especialmente concentrada en la actuación. Y Miki, concentrado en Nat.- Esta chica es un cañonazo.- dijo la de pelo corto negro.
Nadie respondió, Miki parecía incluso enfadado.
Todos en la Academia sabíamos los romances que se habían formado, y ese trío amoroso, era el más difícil de entender.

ESTÁS LEYENDO
La casualidad, Julright
Fiksi PenggemarNo había alternativa, teníamos que enamorarnos.