14 (Narra Carlos)

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Me había levantado con mal cuerpo, tenía resaca y sabía que Julia estaba enfadada, y con razón.
Aunque yo estuviese borracho, el decirle eso a Dave la había dañado mucho, y eso me dolía a mi también, lo único que no quería, era hacerle daño.

El chico había dormido en mi cama y ya estaba despierto también.

- ¿Todo bien?- me preguntó, aún acostado.

- Si...

- He hablado con la Julia.

- Gracias... ¿Está bien?

- Está tirando, ve a hablar con ella, anda. Que la cagaste como un campeón ayer.

Hice caso a sus palabras.
Me desperté del todo, desperzándomd, bajé de mi litera y comencé a buscarla por toda la Academia.

Escuché voces provenientes de las duchas, por lo que iba a entrar, pero cuando iba a abrir la puerta oí algo dentro que, me rompió en mil pedazos.

"- Echo de menos a Javi. Él es muy importante para mi y buf... no sé."

Era la voz de Julia, que mientras hablaba, a mi, me dejaba mudo.
No entendía nada. ¿Me había estado utilizando?

Le pegué una patada a la pared y ella, acompañada de Sabela, Marilia y Noelia salió del baño. Estaba envuelta en una toalla y tenía los ojos llorosos.

- Carlos...- intentó decir, pero no la dejé acabar.

La miré lleno de rabia y giré la cabeza. Fui rápido a encerrarme en un baño.
Agradecí que aún era temprano y que no estaban grabando, porque no podría tener una clase cerca de ella en ese momento.

Escuché como daban golpes en la puerta, no muy fuertes.

- Ábreme. - era la voz de Julia.

- Ábreme Carlos.- repetía al ver que no había ningún movimiento por mi parte.- por favor.

Pero yo tenía la respiración agitada y no podía ni moverme y, para ser sinceros, tampoco quería verla.

Insistió algunas veces más de mala gana, pues, ella también se hacía la enfadada. Pero poco tardó en desistir. Escuché que entró en otro baño y comenzó a sollozar.
Eso me removía por dentro, pero yo me sentía impotente, no podía hacer nada.

El despertador sonó, aunque gracias al numerito todos estaban despiertos ya.
Pero me daba igual.
Todo me daba igual desde que sabía que Julia me estaba utilizando.

Lo único en lo que podía pensar era en sus palabras, me dolían cada vez un poco más.

Iba a tener que pasar todo el día a su lado, y eso se me hacía cuesta arriba.

Salí del baño y cogí mi ropa.
Ni siquiera iba a intentarlo con Julia.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora