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Estaba dentro de la sala prohibida, esa en la que casi nunca nos dejaban entrar.
Me habían llamado y estaba atacada de los nervios, ¿qué iba a pasar?

- Hola. -dijo una voz conocida para mi.

- ¡MAMÁ!- grité con todas mis fuerzas.

Tardé muy poco en ponerme a llorar.
Añoraba muchísimo a mi madre, siempre había estado cerca de ella y tanto tiempo sin verla me estaba poniendo muy nerviosa, sobre todo, después de lo que me había pasado.

- Estamos todos muy bien, todos. Y estamos muy orgullosos de ti, lo estás haciendo genial. Tenemos muchas ganas de verte.

- ¿En serio?-pregunté entre lágrimas de alegría.

- Claro cariño. Estamos seguros de que vas a llegar a la final, aunque te echamos todos mucho de menos.

- ¡Y yo a vosotros!

- Y Javi dice que te quiere, que no pudo llamar pero que está viendote cada día y que tiene muchas ganas de verte.

Me quedé en silencio. No sabía que decir, pero mi madre solucionó eso, no paraba de hablar, y me hacía muy feliz escuchar su voz.

- Y te estamos viendo todos todo el tiempo y votándote como favorita. Que ya me explicaron como va y no me despego del 24h.

- ¿En serio?

- Si...

Sonó un pitido que cortó las palabras de mi madre. La llamada se iba a acabar.

- ¡NO! ¡MAMI! Te echo mucho de menos, te quiero.

- Y yo cariñ...

La llamada se acabó.

No pude parar de llorar hasta pasar un rato, estaba muy contenta de hablar con ella. Era una persona genial y la echaba mucho de menos.

Salí de la habitación, pues, ahora le tocaba a otro recibir una llamada de sus familiares. Carlos estaba fuera y me dio un abrazo enorme acompañado de muchos besos en la frente y en el pelo.
Se separó de mi un segundo para preguntarme:

- ¿Qué tal?

- Muy bien.- le respondí.

Y de nuevo nos volvimos a abrazar.

La casualidad, JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora