♧ Capitulo 28: Sacrificio.

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.- ¿Qué quieres princesa?
.-Más bien, ¿qué quieres y prefieres tú?, ¿Quedarte jugando a las peleas con este que ya está en el piso semimuerto.- aunque estando cerca me di cuenta que Kidd está más dañado que Zoro, sin embargo, no puedo arriesgar a que algo le pase, no tiene sus katanas.- o escapar conmigo antes de que esta guerra se convierta en el peor de los caos. Los de la Marina llegaron y te aseguro que estás dentro de sus objetivos.
.-Por qué querría irme contigo.- De todas las respuestas no me esperaba su rechazo, pero si algo aprendí de estar con Kidd es que no debo ser cariñosa ni decirle que lo amo para ganarme su confianza, no se cree esas mentiras baratas, pero le gusta el podee sobre todo por lo que subirle el ego y ser sumisa pueden ayudar. Razón precisa por la que lo odio.
.-No se... tal vez para recordar viejos tiempos ¿te acuerdas en la taberna?.-Su rostro se prendió de inmediato. El suceso en la taberna es uno de los tantos momentos en que Kidd se aprovechó de mí. Yo por entonces trabajaba allí y él era cliente frecuente del lugar. Su cercanía con el dueño le permitía hacer negocios a destajo, consumir drogas en su compañía y en tercer lugar escoger a cualquier empleada por una suma de dinero para que fuera su compañía. Al principio podía ser cualquiera, pero me conoció y su obsesión comenzó. Al principio yo no sabía del dinero que había de por medio, así que, como dije alguna vez, solo se trataba de un desconocido muy amable que quería conquistarme, pero una vez logró su cometido conmigo, mostró su verdadera cara, abusó y se convirtió en la persona que me hizo odiarlo. Un juego muy sucio que él disfrutó y yo le creí por mucho tiempo.- Además, quiero estar del lado del bando ganador, y se que tú me puedes dar eso.
.-Vale, con lo de la taberna me convenciste princesa, pero no creo que estés diciendone esto con real interés, qué quieres a cambio.
.-Eso es sencillo. La primera, te la digo más tarde cuando estemos solos.- su rostro no podía mirarme con más deseo, asqueroso.- y la segunda que dejes a este pobre con sus katanas irse, no vale la pena.
.-En serio eres tan estúpido para creerle.- Empezaba a decirle Zoro en un intento desesperado para que no me fuera con Kidd.- Vino a salvarme imbécil. Y si crees que los hace por ti es que eres tonto.
.-Y tú debes ser idiota para creer que te preferiría a ti espadachín moribundo y patético antes que a alguien tan fuerte y poderoso como Eutass, que por cierto, es capitán de su tripulación y es aliado de Big Mom.- Sabía que Zoro no se tragaba ni una sola de mis palabras, ni si quiera los insultos, lo veía en su mirada, estaba cabizbajo, sabía que estaba a punto de acompañar a Kidd y no sabía cómo detenerlo.
.- No le creo, cazador de piratas.- aclaró.- pero es suficiente para mi, ven aquí princesa.- Me subí al barco lentamente, sentía la mirada de Zoro en mi nuca. En el momento que estuve cara a cara con Eutass me miró de arriba a bajo, pasando por mis piernas mientras se relamía, se detuvo en mis pechos por un rato y luego se decidió por tomarme un poco más abajo de la cadera, donde empieza mi trasero y me acercó a él. Mi asco era insuperable, tener su rostro de tan cerca mirándome como lujurioso era lo peor, pero mi cara era de una sonriente seductora. La mejor sonrisa falsa que podía dar...- Solo una cosa más, deberás ser tú la encargada de entregarle sus espadas.- dijo ignorantemente, por un milisegundo mi rostro se desfiguró, no podía acercarme a Zoro. Tendría que despedirme y en algún sentido, humillarlo... No quería. Aún así traté de mostrarme implacable ante su petición.- pero no traten nada inapropiado, el resto de las armas, apuntarán a ustedes dos.-
Entonces dejó tres katanas en el suelo frente a mi, cuando me agaché para cogerlas, su cuerpo estaba frente a mi, lo que hizo a propósito para hacerme pasar vergüenza. Sin más, las tomé y me dirigí abajo del barco, tierra firme para entregárselas a Zoro.
Los "brazos" de Kidd que estaban formados por innumerables metralletas y armas de fuego en general, nos apuntaban. La mitad a él y la otra mitad a mí. Sin embargo, me dirigí en silencio y con calma hacia Zoro. No había más por hacer, no sabía cómo arrancar o salvarnos, estiraba el tiempo lo mayor que pude y así pensar alguna estrategia o esperar que alguien apareciera milagrosamente, pero fue en vano. Jugué mi último az bajo la manga, entregarme a Kidd, cuando viajé hacia acá sobre Guil, lo tuve que considerar.
Cuando llegué a Zoro me agaché de cuclillas para estar a su altura, sin embargo sus ojos estaban ocultos, no levantó la mirada ni me mostró esos ojos que tanto deseaba ver al menos una última vez. Tal vez, un poco, se lo agradecía. No sabía si sería capaz de seguir si lo veía.
-Por qué.- dijo en un susurro solo para que yo lo escuchara, aún con la mirada baja. No podía darme ninguna otra señal, era impresionante la cantidad de armas que nos apuntaban. Gotas empezaron a caer al piso a la altura de sus ojos. Me destruyó, no sabía qué responder para calmarlo. Y entonces me acordé de lo que tenía en le bolsillo del pantalón. Una vivre card mía. Todos los de la tripulación tenían al menos una. Sin que nadie pudiera darse cuenta, saqué el pequeño papelito de mi pantalón y lo tomé junto a los mangos de las armas.
.-Toma.- le alcancé.- Te esperaré, vuelve por mi... y cuida de la Pasqui pirata...
.-Te amo.- alcancé a oir, pero yo ya estaba en camino de vuelta al barco, aunque le hubiera correspondido, no me habría escuchado.

Indispensable Peligro ♧finalizada♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora