♤ Capítulo 29: Un beso es todo lo que se necesita.

1K 99 9
                                    

.-Vamos Roronoa, un beso puede solucionar muchas cosas, como los celos por ejemplo.- Respondí ante su irónía
.-Quien ha dicho que siento celos, loca de los gatos.- Dijo en tono de ofendido
.-De hecho nadie, solo dije que en caso de que una persona los sienta, se pueden curar con besos, no hablé de ti, ególatra.
.-Tsk.
.-Bueno... Los dejaré solos para que sigan con su... lo que sea que están discutiendo ahora tortolitos.- Dijo Nami mientras se iba, yo creo que lo dijo para molestar aún más a Zoro, por mi lado solo reí frente a su comentario.
.-Sí, claro... ¡Haya una excusa para irte con el cejas rizadas!.- Le gritó de vuelta, lo que me provocó más risa.- y tú de qué te ríes tanto.
.-Vamos pirata, no te ofendas, te invito un sake.
.-¿Lo vas a pagar a caso que me invitas?
.-Mm... Tienes razón... Tomaré sola entonces, pero si quieres acompañarme...
.-Eres una idiota.
.-Y tú un tarado ególatra. Venga.

Los tragos pasaban y los Muguiwara también, algunos se quedaban un rato, pero al final solo Zoro y la chica seguían bebiendo y disfrutando la noche, la Pasqui se había ido con Chopper, el resto de la tripulación ya dormía también, en el pueblo reinaba el silencio, una que otra persona pasaba, en algún que otro bar se oían ruidos y risas, los perros ladraban de vez en cuando y el mar no podía ser acallado por nada, las ondas sonoras del mismo se abrían paso con más intensidad debido a la falta de contaminación acústica. Sin embargo dos personas, nakamas, no les importaba cortar dichas ondas con las suyas propias, la conversación entre ellos, las risas y las ofensas a modo de broma eran mucho más interesante en ese momento. Compartían la misma vista hacia el horizonte, ambos apoyados en la baranda de la proa del barco; con una botella de sake en una mano, mientras que el piso almacenaba aquellas que ya habían quedado vacías.

.-No puedo creer que hayas gritado como Tarzán.- dije entre carcajadas ahogadas, el alcohol hacía su efecto pero no podía despertar al resto de la tripulación.- no puedo imaginarte gritando como loco en una liana.- él se reía igual que yo, tratando de contenerse.
.-Es en serio, ¿quién se sube a una liana y no grita?
.-¡Pues todos!- Su cara de ofendido y de duda solo me provocaba más risa, tanta que me apoyaba en su hombro para no caerme, el sake no ayudaba en absoluto.
.-Ten cuidado niñita, parece que el sake no se te da del todo bien.
.-Qué crees que se me da bien entonces, sabelotodo... Zorolotodo.- Me reí de mi propia broma.
.-¿Qué?
.-Vamos, solo di algo. Y luego yo diré algo de ti, pero esta vez no hay derecho a esquivos. A pessr del tiempo, la apuesta sigue en pie. - Era mentira, solo era una excusa, el alcohol inhibía mi sentido común, en otra circunstancia no se lo habría preguntado, mucho menos tan directamente.
.-Me parece justo, pero empieza tú, luego seguiré yo.
.-Bueno gallinita, es fácil, se te da bien las katanas, ser misterioso, idiota, serio,  amable a veces, eres un ninja para sanar mis heridas y ocultarlas de Chopper, tambien eres bueno para molestarme, celarme, y no lo niegues, mañana no me acordaré.
.-No lo admitiré
.-Tampoco lo negaste.- Sonrió de lado.- ah y se me olvidaba eso... Mi particular favorita... se te da bien la sonrisa, no a todo el mundo se le da, a mí, por ejemplo. Tus sonrisas son como... ¡las estrellas fugaces!: no siempre las ves, pero cuando lo haces, es refrescante, como un respiro en el agua o...- me miró dudoso y divertido.- no lo sé, hablo estupideces, ya se, pero es lo que creo. Ahora te toca a ti.
.-A ver...
Dejó de mirar el horizonte para mirarme a mí, se detuvo, pensaba y me ofendía un poco que se demorara en contestar, ¿Qué tan mala puedo ser? No lo sé, pero a él no le importaba, seguía mirándome, más bien... Analizandome, tratando de descifrarme, hasta que por fin lo soltó:
.-No sé cómo decir esto exactamente, pero debo decir que el alcohol me está ayudando mucho para hacerlo.- me mordí el labio a la vez que él se sonreía.- Eso exactamente creo que se te da bien.
.- ¿El qué?
.-Atraerme.- No sabía si el alcohol no me permitía entender a lo que se refería, pero si era lo que creía, me asustaba un poco, ¿o me alegraba?... No sé qué pensar.
.-¿Qué?.- es todo lo que pude decir.
.-Las cosas que dices, como lo de ahora  o... tus respuestas siempre irónicas me hacen difrutar mirarte y escucharte más que el mismo horizonte, es como el inicio de una peligrosa adicción.- Ahora no solo me miraba, me acorralaba contra una esquina, si me empujara, seguro me caigo al agua.- Te pones nerviosa, tanto como yo, nos entendemos como si nos conociéramos de siempre y debo admitir, que cuando te muerdes el labio, quiero creer que lo haces porque yo lo he provocado, pero no lo hagas más porque no responderé por mis actos... ¿alguna vez has estado segura de que una bestia no te mordería estando frente de ti? Yo no conozco ninguna.- me mordí el labio sin querer hacerlo.- te lo advertí. Se ha acercado demasiado, he visto que alzaba su brazo con tranquilidad para tomarme por el lado, en la cadera, sólo un poco más arriba del muslo, con un movimiento muy sutil de la misma mano, me ha atraído hacia él. Su otra mano se posó en mi cuello, su pulgar rozaba mi oreja, su agarre era firme y a la vez suave, decidido y delicado.
No me resistía, su sonrisa me mataba, su mirada me hacía alucinar, su voz me causaba escalosfríos, tenía que hacerlo. Vaciló un momento, sin embargo, la certeza con la que me tomó por la cintura, me indicaba que él también quería, tanto como yo, levanté mis manos para tomarlo del cuello, al momento de ponerme de puntillas he pisado una de las botellas sin querer y he estado a punto de caer, si no fuera porque me tenía sujetada, seguramente me hubiera golpeado contra el piso.
Mi torpeza nos sacó a ambos de la escenita.
.-Maldita sea.- dijo él en un volumen a penas audible, en un susurro.- Definitivamente el sake no es lo tuyo niñita.- Sonreí estúpidamente. Su apodo empezaba a tomar un sentido más... cariñoso.
.- No me llames así Roronoa.- Dije para mosquearlo.
.-Prometo hacerlo si tú andas con cuidado por ahí, te dije que no respondo por mis actos.
.-Las bestias pueden ser domadas, Roronoa.- rápidamente con su típica sonrisita de victorioso respondió:
.-Sí, pero no por niñitas como tú.

Indispensable Peligro ♧finalizada♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora