Cap. 32 - Sólo yo.

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Pov Poché.

— Poché, quiero ser Sólo yo quien te provoque siempre esa sonrisa en el rostro, quiero ser Sólo yo la que te bese, quiero ser Sólo yo la que te prepare el desayuno, quiero ser Sólo yo la que te despierte con un beso en las mañanas ¿Tu quieres lo mismo? ¿Quieres ser...

¡OMG! Daniela Calle se me está declarando, pero si le digo que si, eso significa que ya es mía y yo suya "eso es maravilloso", pero ¿Que pasará con la persona de los mensajes? ¿Nos hará daño? Yo no quiero que la lastimen, pero me encanta estar con ella "mierda, deja de poner tantos peros y dile que si".

— Si, si quiero ser Sólo yo la que te permita hacer todo eso, y también quiero ser Sólo yo la que siempre te pinte esa sonrisa boba en el rostro — sonreí.

— ¿Enserio? — su sonrisa era más grande que yo.

— ¡Que si! — la abracé muy fuerte otra vez.

Me puse a horcajadas en ella y mis brazos en su cuello.

Sujetó mi cintura. Metí mi cara en su cuello y así permanecimos un rato.

Pov Calle.

Se separó de mí y pude ver qué estaba llorando.

— Amor, ¿Qué pasa? — la miré preocupada.

Me volvió a abrazar y comenzó a sollozar.

— bebé, ¿Por qué lloras? —

— Calle, yo no te quiero perder — dijo contra mi cuello.

— de que hablas amor, no me vas a perder — la separé de mi y la miré a los ojos — yo te amo — estás palabras salieron de lo profundo de mi corazón.

Nunca había sentido está sensación, con Eder nunca la sentí, tal vez por el solo sentía un gran cariño, pero no amor, el que siento por Poché, y cada vez que la miró no puedo dejar de imaginar las cosas que podremos hacer juntas.

— no — volvió a abrazarme — ten... Tengo mie... Miedo.

— Mi amor ¿De qué tienes miedo? ¿Acaso tú no me quieres? — la volví a separar.

Esto me estaba preocupando ¿Se habrá arrepentido de todo?.

— no Calle, tu no entiendes — limpie las lágrimas de sus mejillas y sorbió la nariz.

— no Poché, no entiendo ¿Me explicas por favor? Enserio me estás asustando — dije un poco seria, pero seguía preocupada.

Se bajó de mi regazo y se sentó frente a mí dándole las espalda al río.

— ¿Te acuerdas del mensaje de esta mañana? — asentí con el ceño fruncido — en clase me llegaron otros mensajes — su preocupación era evidente.

— ¿Qué decían? —

— que me alejara de ti si quería asegurar mi bienestar — las lágrimas se apoderaron de nuevo de sus ojos — pero yo no quiero — comenzó a llorar.

— no, y yo no voy a permitir eso, es como en las historias — me puse a pensar.

— no Calle, esto no es como en las historias.

— si, lo único que tenemos que hacer es estar siempre juntas, nunca separarnos, y hay que ser muy observadoras para atar cabos — no dijo nada.

— sigues sin entender, si esa persona se da cuenta de que yo no le hice caso, no solo se va a ir contra mi, si no contigo también.

— pero Poché, yo no me quiero separar de ti — la miré con un puchero.

— yo tampoco — se puso de nuevo a horcajadas — porque te amo — esas palabras hicieron que un millón de mariposas revolotearan por todo mi ser.

Sólo Yo (Caché) | Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora