Cap. 41 - Te amo.

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Mis ojos se comenzaron a abrir poco a poco, todo me dolía, literal todo. Comencé a mirar a mi alrededor, pero mi vista aún no se acostumbraba a la luz, veía borroso.

Pude notar que estaba en un hospital pues tenía cables pegados por todo mi cuerpo, un pequeño movimiento en mi mano hizo darme cuenta de que no estaba sola en la habitación.

Calle estaba sentada en un banquito cerca de mi cama, tanto su torso como su cabeza recargados de la cama y una de sus manos sujetando la mía. Mis ojos ya se habían acostumbrado a la luz y ahora veía mejor, sus facciones eran perfectas, sus párpados cerrados, su rostro relajado y su nariz muy bien definida, ella era, es y será siempre perfecta.

Después de unos minutos mirando su rostro mi vista se dirigió hacia otro lado, en el sillón estaba mi hermanita Vale ¿Vale no estaba en Bogotá? Y si mi hermana está aquí también mi papá.

Al recordar a mi papá todo un gran flashback paso por mi mente, todo lo que pasó fue culpa de Matu, y sus cómplices fueron personas que jamás me imaginé que fueran a hacer eso, bueno ni siquiera sabía que existía Eder, pero de Fátima nunca lo esperé.

Un movimiento cerca de mi pierna hizo que mi vista regresara a Calle. Se levantó de golpe y yo cerré los ojos. Abrí tantito los ojos y pude notar que tenía el ceño fruncido.

Se levantó por completo y comenzó a mirar hacia todos lados, se acercó a mí y dejo un beso cerca de mi sien, después bostezo y se sentó al lado de Valentina.

Hay, Calle es demasiado tierna.

Sus ojos se comenzaron a cerrar poco a poco.

— Amor — susurré, wow, mi voz era muy ronca y casi inaudible — Amor — repetí y ella los abrió por completo y me miró, pero antes de que me mirara los volví a cerrar.

Los abrí y ella ya los había cerrado de nuevo.

— bebé — susurré de nuevo y otra vez los abrió con el ceño fruncido, se levantó confundida y se acercó a mí, se quedó un momento mirándome y se devolvió al sillón — Calle — se levantó de golpe haciendo que Valentina se moviera un poco.

Camino a paso lento hacia mi.

— ¿Poché? Mi amor ¿Estas despierta? — sentía una ternura inmensa y demasiadas ganas de reír. Acarició mi mejilla y comenzó a caminar despacio hacia el sillón.

— Dani — volteó la cabeza muy rápido porvocando que le doliera el cuello.

— ¡Carajo! Creo que me estoy volviendo loca ¡Dios! — ¡Ahhh! Mis costillas me duelen, no puedo reír.

— no cariño —

— si amor, yo creo que sí... Espera ¿¡Qué!? — dirigió su mirada hacia mi de nuevo, pero mis ojos seguían cerrados.

— mierda, necesito ir con un loquero — se rascó la cabeza.

— no sea grosera —

— ¿Poché? ¡Estoy loca!

— ¿Calle? ¿Con quién hablas? — Vale se despertó.

— al parecer estoy hablando sola, Vale necesito ir al psicólogo ¡Me estoy volviendo loca! —

— estoy hablando yo estúpida — ¡Dios! ¡Voy a morir por ataque de risa y por dolor de costillas.

— ¿Tu dijiste eso? —

— ¿Qué?  ¿Tú también lo escuchaste? Bueno al menos no tendré que ir yo sola al manicomio.

Y ahí fue cuando explote en risas.

— au, au — las costillas me dolían.

— Amor, con cuidado ¡Despertaste! — Calle se acercó a mí.

— ¿Amor? — pregunto Vale confundida.

Oh, oh ella no sabía que Calle es oficialmente mi novia.

— hermana pequeña, te presento a mi novia — los dos se miraron con el ceño fruncido.

— ¿Voy a ser cuñada de esta vieja? — preguntó Vale al parecer disgustada.

No, ¡Lo peor que me puede pasar es que mi hermana y mi novia no se lleven bien!

— si, retrasada — ¿Qué? ¿Por qué se hablan así?

— Calle, Vale — les di una mirada acusadora — se tiene que llevar bien —

— no tiene caso, está bien idiota — dijo Vale ¿Que demonios?

— ¡Oye! — Vale levantó la mano y estaba apunto de darle una bofetada.

— ¡Vale! ¡No! — las dos me miraron.

Yo estaba muy confundida y angustiada.

— ¡Te la creíste! — dijeron las dos al mismo tiempo riendo un poco.

— vaya forma de despertarme — dije irónicamente rodando los ojos.

— ¿Cómo te sientes amor? — Calle cambio de tema.

— necesito amor — me moví un poco y una mueca de dolor apareció en mi rostro al sentír tanto dolor en mi pequeño cuerpo.

— voy por una café ¿Quieres uno Dani? — ¡Me encanta que mi hermanita y mi novia se lleven bien!.

— si, por favor — dicho eso Vale salió y Calle se volvió a sentar en el banquito.

— eres hermosa — le dije embobada.

Que ella estuviera aquí, me transportaba a otro lugar, si ella estaba a mi lado, yo en este caso no estaba en un hospital, estaba pérdida en sus ojos hermosos que en este momento se estaban poniendo brillosos.

— Amor ¿Qué pasa? — con un poco de esfuerzo sujete su mano.

— me regresa el alma al cuerpo al saber y al ver que estás aquí conmigo, que podremos seguir adelante juntas y que nada nos va poder detener — habló con voz entrecortada.

El sentimiento era demasiado grande que me era imposible no llorar.

— Poché, perdón... Perdón por exponerte de esta manera, es mi culpa, todo esto es mi culpa... — comenzó a llorar.

— no, mi amor nada de esto es tu culpa — dije con la voz entrecortada — yo siempre me arriesgaría por ti, y ¿Sabes? No me arrepiento de haberle dicho todo eso a Matu, por ti lo que sea amor. Aquí la culpa no la tiene nadie Amor.

— perdón...

— Calle que no es tu culpa — acaricié su pelo.

— ¡Llegó el café! — dijo Vale entrando a la habitación — ¿Interrumpo algó?

Negué con la cabeza.

Calle me miró con ojos llorosos, se levantó y dejo un beso en la comisura de mis labios, la parte que no estaba dañada.

— Te amo — comenzó a caminar hasta la puerta de la habitación y salió.

Eso lo sentí como una despedida ¿Que demonios? ¿Me va a dejar? Después de todo esto me va a dejar...













Sólo Yo (Caché) | Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora