— ¡Tamales de cinco pesos lleve sus ricos tamales de cinco pesos! —— ora, ora, ora ¿Qué es eso? — me levanté aún con los ojos cerrados.
— ¿Escuchaste? ¡Que ofertón! ¡Están a cinco pesos! — Poché se levantó de la cama aún con los ojos hinchados y con una sonrisa.
— ¿Ofertón? — fue directo a su mochila y sacó dinero.
— ¡Tamales! — salió corriendo de aquella habitación.
Si, si estamos en México y... ¿Por qué estamos en México? Pues porque Poché tiene un amigo aquí en México y pues como salimos rápido de los angeles, se le ocurrió la maravillosa idea de tomar la palabra de su amigo de hace años. Estábamos en un barrio de México llamado Cuautepec ¡No sé cómo carajos llegamos hasta acá! Y porque el tamalero me despertó a las ocho de la mañana, pero todo eso no importa mientras nosotras estemos bien.
— ¡Mi amor! ¡Tengo tamales! — regresó después de unos minutos. Yo me había vuelto a recostar.
— que emoción — dije con voz ronca — déjame dormir — sin darme cuanta me quedé totalmente perdía de nuevo.
Pov Poché.
— Calle — repetí por segunda vez — Amor — me acerqué un poco a la cama — Calleeee — dejé los tamales en la mesita de noche y me subí de rodillas a la cama, su cara estába destapada y pude ver qué se habia quedado dormida de nuevo ¡Mi vida! Es tan tierna.
Dejé un beso pequeño en su frente, después otro en su mejilla y terminé en la nariz, nada, no despertaba, bueno creo que la dejaré dormir un poco más. Me levanté y salí al pasillo para ir a la baño.
Habíamos venido a México, ¿México por qué? Pues porque no tenía idea a dónde más ir, hubiéramos regresado a Bogotá o Medellín, pero pues seguro nos iban a buscar ahí y yo ya no quería más problemas, aparte mi amigo Henry vive aquí en México y pues me ofreció su casa hace mucho tiempo y lo llamé y obvio me recibió en su casa.
Aparte de ser una zona no muy bonita aquí en México, debo de admitir que su casa si es bonita, no tiene alberca ni jacuzzi, pero es muy bonita para estar en una zona como esta.
Saliendo del baño me tope con Yael, Yael es el hermano menor de Henry.
— ¡Wow! ¿Tu quién eres? — Demonios, obvio no me iba a reconocer, cuando venía a la casa de Henry él era muy pequeño y yo también era muy pequeña, tenía como quince o dieciséis años.
— ¡Wow! Tranquilo — dije al ver qué levantó los puños — soy amiga de Henry —
— Wow, hermano tranquilo, es mi amiga — dijo Henry llegando a un lado de Yael para bajar sus puños.
Yael comenzo a reír y pues yo también.
— avísenme — se fue riendo a su habitación.
— jaja, lo siento es que como práctica box se quiere creer el protector de la casa — los dos reímos.
Pase con Henry platicando hasta que dieron las diez del día y mi amor preciosa no había despertado, seguro quiere un beso como el de la bella durmiente o como el de maléfica.
Entre a la habitacion y ahora estába boca arriba aún con los ojos cerrados y con un puchero en su boca, me fui acercando a la cama hasta que mis rodillas chocaron con la orilla de esta, me agaché y dejé un beso en su puchero, se quejó y se acomodó de lado ¡Dios mío! ¡El beso no funcionó!
Tengo muchas ideas para hacerla despertar, pero todas implican movimientos un poco bruscos y yo no estoy en condiciones para hacer movimientos bruscos, entonces opté por el menos brusco.
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Sólo Yo (Caché) | Terminada.
Fanfiction¿Quién dejaría ir la oportunidad de ir a una de las mejores escuelas de los angeles? Nadie, nadie la dejaría ir y menos estas dos chicas a las cuales les encantaba el arte. Daniela Calle y María José Garzón son dos chicas que viven en el mismo país...