Cap. 42 - ¡Tragame tierra!

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5 años después...

Me desperte y fui directo a la cocina a preparar algo para mí amor y para mí.

Después de prepar unos huevos con tocino fui de nuevo a la habitación para despertarla.

— Amor — puse mis piernas a los costados de ella y comencé a dejar besos por toda su cara — mi amor despierta — abrió los ojos y me sonrió — esposa mía, te amo — dejé un dulce beso en sus labios.

— ¡Ya no somos novias! ¡Ahora somos esposas! — dijo con emoción y con una sonrisa provocando que yo también sonriera — te amo —

Comenzó a sonar el teléfono y me separé de ella para contestarlo.

— ¿Aló? —

— ¿Daniela? —

— ¿Si? —

— ¿Esta Matu? — ahhhh, es Javier.

— ah, hola Javi si ahora te la paso acaba de despertar — tape la bocina del teléfono y grite.

— ¡Amor, te habla javier! —

¡Ahhhhhh... No se crean! Una pequeña bromita. Ahora si continuemos con la historia original ¡Plis! No me maten jajajaja.


Pov Poché.

Sin querer las lágrimas comenzaron a salir por mis ojos.

¿Que sucedió? ¿Cómo pasó? Arriesgue mi vida por una persona y me deja.

— Poché, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? — preguntó mi hermanita acercándose a mi.

— ella... Ella... Auuu... — no podía llorar, no podía reír, todo me dolía, osea si sonreia, me dolía todo hasta lo que no debe doler.

— ¿Ella? ¿De qué hablas? — dijo con el ceño fruncido.

— ella se fue, ¡Me dejó! ¡No regresará! —

— ¿De qué putas estás hablando Majo? ¡Deja de llorar que aquí nadie se ha muerto! —

— pero... Pero... Ella se fue...

Justo iba a continuar cuando Daniela aparece por la puerta con el ceño fruncido.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? — se acercó a mí con preocupación.

— tu te habías ido... — seguía llorando.

— si mi amor, me fuí, pero al baño ¿Ahora resulta que no puedo hacer pipí? —

— es que pareciera como si te hubieses despedido — hice un puchero.

— hay bebé, nunca me alejaría de ti — agarró con cuidado mi mano y dejó un beso en ella  — estaría muy idiota si te dejará así toda lástimada y adolorida. Yo estoy para cuidarte y consentirte en tu estadía aquí en el hospital —

¡Que idiota estoy! ¿Cómo llegue a pensar eso? Al parecer la paliza me dejó pendeja, Calle no haría eso ¡Solo fue al pinche baño! Y yo como pinche loca pensando que se había ido de mi vida. ¡IDIOTA!

— ¿Solo aquí en el hospital? — pregunté con un puchero.

— no solo aquí, también en tu departamento, en el mío, en la calle, en la escuela, en el café, en el supermercado, en la cama, en el baño, en el sillón...

— ¡Calle! ¡Eso dilo cuando yo no esté! — se quejó Vale.

— no es ese sentido idiota — dijo riendo. Apenas llevan un día de conocerce y ya se insultan con cariño ¡Las adoro! — pensándolo bien, si también te consentire de esa manera salvajemente en la cama, yo enci...

Sólo Yo (Caché) | Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora