Cap. 54 - Cursilerías.

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Pov Calle.

— no creo que se quieran ir sin esta pequeña inocente — habló la voz que todos en esa habitación odiabamos.

¡Carajo! Todo había salido a la perfección hasta que está vieja mugrosa apareció.

Bien, ahora creo que entraré en pánico y...

— ¡No te muevas de ahí pitufo! — gritó matu haciendo que saliera de mis pensamientos y mirara a mi novia quien se intentaba acercar a mí, pero se detuvo en seco al escuchar la voz de esa zangana.

— ¡Wow, tranquila! — estábamos solo a un metro de distancia.

— ¿Qué quieres de nosotras? — me atreví a preguntar.

Ella río.

— ¿Sabes? Este mes que he estado en la cárcel pensé en la respuesta de esa pregunta — se quedó mirando hacia la nada con una sonrisa.

Todos nos miramos.

— ¿Y? ¿Cuál es tu respuesta? — preguntó Poché después de unos segundos de confusión.

Agitó la cabeza.

— es fácil — laventó los hombros — solo quiero a Daniela y vengarme a la vez de todas.

— ¿Cuál es tu plan? — la miró confundída Vane, Vane nuestra amiga.

— pues... ¡Obvio no te voy a contar mi plan estúpida! Ni que estuviera tan babosa para hacerlo.

— pues que mal que tú plan no va a ser posible — sonreí victoriosa.

Frunció las cejas.

— ¿Por qué? —

Después de esa pregunta, en un movimiento rápido Yael le quitó el arma a Matu, agarrando a Vane la amiga de Henry (¡Demonios! Necesito ponerles algún apodo o algo) y poniendola detrás de él, apuntó hacia Matu.

— ¿Dónde está Fátima? — preguntó un tanto preocupada por el arma apuntado hacia ella.

— está en el baño — dijo Yael encogiéndose de hombros — las manos arriba — no hizo caso, quitó el seguro de la pistola.

— ¡Bien, bien! Tranquilo — levantó las manos.

— atenla — hizo un movimiento con la pistola.

(...)

— ¿Por qué la obsesión en Calle? — preguntó de la nada Poché llamando la atención de todos.

Matu la miró, después a mi y terminó sonriedo. Yo sólo la miraba con las cejas fruncidas.

La chica morena de tatuajes que estaba en una silla con las muñecas y los tobillos atados levantó los hombros y las cejas.

— ¿Acaso no la ves? — dijo — es un maldito monumento — debo admitir que me sentí halagada ante sus palabras, miré a Poché y estaba roja, supongo que de rabia — simplemente es hermosa, y me duele, me duele que pudo haber sido mia si tan solo hubiera dejado a un lado la cobardía...

— por favor no comiences con cursilerías que esas Sólo yo las puedo hacer y decir con Calle — interrumpió Poché enojada. No pude evitar sonreír ante su actitud celosa.

— mira cállate Garzón que Calle fue mia antes de ti — creí que Poché en ese momento se iba a avalanzar contra ella, pero no, al contrario, sonrió.

Chasqueo la lengua y sonrió pícaramente.

— te equivocas Garcés, Calle nunca fue tuya — me sorprende el momento en que se comenzaron a llamar por sus apellidos — tuviste la oportunidad de tenerla, sin embargo, nunca se pudo complir tu fantasia ¿Por qué? Porque eres una maldita cobarde que no admite sus sentimientos hacia otra persona —

Todo se quedó en silencio, miré a Poché y no dejaba de mirar a Matu con el ceño fruncido. Bastó solo un segundo para ver a Poché salir de esa habitación sin decir ni una palabra, todos me miraron, me levanté de la silla y fui tras ella.

— si claro, ve a consolar a la enana esa —

— mira mejor cállate Garcés — respondí enojada saliendo en busca de mi novia.

Comencé buscando por la cocina, nada, sólo habia un vaso con agua a la mitad, fui a la baño y abri la puerta.

— ¡Ayuda! — la cerré de inmediato al ver que se trataba de Fátima esposada en la tina ¿De dónde diablos habian sacado esposas con peluchito?

Continúe, pero no hallaba nada por ninguna parte, ni una pista, más que el vaso en la isla de la cocina, corrí hasta llegar a la habitación donde estaban todos.

— ¡Chicos Poché no está! — entre super alterada, miré hacia todas partes y no pude evitar mirar la cara de Matu, tenía un par de golpes y me imagino que fueron Kim y Vane.

— no mames Daniela, está atrás de ti — dijo Vanessa al lado de Kim, miré inmediatamente hacia atrás encontrándome con Poché confunfida.

No dude ni un segundo en abrazarla, de sólo pensar que se había ido me daban escalofríos.

— ¿Qué pasa amor? — preguntó una vez que nos separamos del abrazo.

— no, nada olvídalo — dije intentando cambiar de tema. Note la risa de todos y la mirada de Matu sobre nosotras — mejor bésame — susurré, sonrió y no tardó en un unir sus labios con los míos.

— ¡Por favor! No coman enfrente de los pobres — grito Henry haciendome sonreír sobre los labios de Poché — ¿Saben? Me imaginé algo super rondom — todos prestamos atención a lo que quería decir Henry, incluso Matu.

Poché y yo entramos y nos sentamos en un sillón.

— me imaginé que derrepente todos se estaban besando, Vane y Yael...

— ¿Quién es Yael? — preguntó Vanessa nuestra amiga.

— mi hermano — contestó Henry.

— ¿Y por qué te lo imaginaste besándome? — pregunto Vane confundida.

— ¿Tu también te llamas Vanessa? —

— ¿Si? —

— ¡Genial! Tenemos dos Vanessas en esta habitación — se emocionó — bueno no me refería a ti, me refería a ellos — señaló a los más pequeños de la habitación sonrojados — me imaginé a ellos dos besarse — señaló s Eder y a Kim — después a ellas dos — me señaló a mi y a Poché — después a ella y ella — señaló a Paula y a Vanessa — y nosotros dos solteritos — se señaló a él y a Matu, todos reímos menos matu.

— no menso, estás mal — dijo Poché riendo mucho — Vanessa y Paula nunca serían pareja, tampoco Kim y Eder — todos reímos.

— ¿Entonces como sería? —

— obviamente Eder con Paula y obviamente Kim con Vane — dije provocando un gran silencio en la habitación. Demonios, no recordaba que había conflictos entre Kim y Vane.

Poché lo noto y decidió cambiar de tema.

— bueno ¿Qué vamos hacer con estás idiotas? — dijo refiriendose a Matu y a Fátima.

— no sé, yo digo que primero comamos y después vemos que hacemos con ellas — dijo Paula inocentemente ganándose una mirada de ternura de Eder — ah, pero hay que dejarlas en el sótano, no me gusta tener a estás mugrosas aquí —

— para tu información Barbie ayer me bañé y en tu baño y use tu toalla y tu cepillo de dientes —

— ush no que asco, tendre que llamar al exterminador, seguro dejaste una plaga de ratas drogadictas ¡Ugh! Que asco — dijo saliendo de la habitación seguido de todos — Eder, Henry y Yael, lleven a Garcés al sótano, nosotras llevaremos a Fátima —

— si señora — contestaron todos al mismo tiempo haciendo reír a los demás.

Sólo Yo (Caché) | Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora