Sólo Yo (Caché) | Terminada.

Cap. 79 - Anormales.

Terminaba de hacer un tatuaje, que para mí gusto era uno muy bonito, bueno de hecho no era uno, eran dos, había venido una pareja de hombres recien casados, se veían demasiado felices, que me dieron tantas ganas de estar así con Calle.

— Nath, he tomado una decisión — dije llegando a su lado.

— ¿Qué decisión has tomado? — preguntó con una sonrisa muy grande, veo que a Nath le encantó Simón.

— le voy a pedir matrimonio a Daniela — solté de la nada haciendo que todo dentro de mi se revolviera. Imaginarme con ella siendo su esposa y ya no más su novia, enserio eso es lo que quiero, quiero tenerla siempre a mi lado, estoy 100% segura de que ella es el amor de mi vida, y toda esta la quiero pasar a su lado.

— ¡Wow! ¿A quién le pediras matrimonio? ¿No ya te lo habían pedido a tí? — habló una voz masculina demasiado conocida y más por el acento argentino.

Volteé sonriendo viendo su confusión.

Le conté todo desde principio a fin, y al igual que Nath, estaba muy sorprendido.

POV: CALLE.

— ¿Daniela?... Simón ¡Te he dicho que no dijeras nada.

No, no, no, esto está jodidamente mal, después de haber tomado una decisión muy importante para mí futuro llega esta vieja, quién resulta ser la futura novia de Simón ¡Esto está realmente mal!

Me di la vuelta caminando sintiendome mareada, escuchando la voz de Simón detrás mío. Seguro Matu sabía de todo esto, son unas jodidas mentirosas, necesito hablarlo con ella.

Ahora corrí hasta la camioneta, subí y arranqué, dejando a Simón con esa perra.

Marqué al numero de Sandy.

— ¡Hey! ¡Tortolita! — contestó.

— Sandy, ¿Matu está contigo? — pregunté agitada.

— sí, ¿Por qué? — preguntó confundida.

— ¿Dónde están?

— en mi apartamento, oye...

— voy para allá, no se muevan — colgué para manejar hasta su departamento.

— ¿Daniela? ¿Qué te pasa? — dijo abriendo la puerta.

— ¿Dónde está?

— ¿Quién? ¿Matu? Está en mi habitación.

Caminé rápido hasta la habitación de Sandy encontrándome con Matu acostada en la cama viendo una película animada y comiendo palomitas, paré justo enfrente de la televisión.

— María José... Necesito que me digas algo...

— ¿Daniela? ¿Qué haces acá? ¿Qué quieres que te diga? — preguntó con el ceño fruncido.

— ¿De verdad amas a Sandy?

— ¡¿Qué?! — preguntaron las dos al mismo tiempo.

— Dani, creo que es mejor que te vayas — dijo Sandy llegando a mi lado intentando agarrar mi brazo.

— no, espera, Matu... ¿De verdad la amas? — volví a preguntar.

Ella se levantó de la cama y me miró a los ojos.

— de verdad la amo, es la primera persona que hace que las estúpidas mariposas estén en mi estómago...

— bien, ahora prométeme por Sandy que no has hablado con Fátima, por favor prométemelo — supliqué.