Capítulo 51

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San Francisco, Julio del 2030.

María se encontraba en el cementerio de San Francisco dejando flores para su abuela del corazón. Que cursi sonaba eso, pero para ella existían los abuelos biológicos, los progenitores de tus padres, esos que no se eligen y que están unidos por lazos sanguíneos.

No obstante, también estaban esos abuelos que comparten contigo por mucho más que un lazo de sangre, están ahí porque te aman y están dispuestos a darlo todo por tu felicidad, eso era Rose para ella, una abuela del corazón.

Rose Elizabeth Gardner
(1939 - 2029)

La vieja niñera de su madre falleció una mañana de primavera, producto de un accidente cerebrovascular hemorrágico, hace un poco más de un año. Lo único que actualmente ataba a toda la familia a California era George.

El viejo chófer de su madre se negaba a abandonar San Francisco, estaba empecinado en continuar viviendo su vejez en aquella casa donde compartió muchos años junto a Rose. María no quería marcharse para dejar solo al hombre que vió crecer.

Sin embargo, los años no pasaban en vano y el semestre pasado culminó sus estudios de bioquímica. Se graduaría dentro de unos meses y mientras tanto volvería a Nueva York para trabajar en la empresa familiar.

A sus veinte años de vida no tenía mucho que contar, todo en ella se reducía a sus estudios y a su relación con Kristoff. Llevaban dos años de noviazgo y aunque las cosas se estaban poniendo difíciles seguían apoyándose mutuamente.

Kristoff cursaba su segundo año de Ciencias Políticas cuando sus padres hicieron una visita sorpresa a la escuela de medicina de la Universidad de Stanford. Para los señores Ritz no fue nada agradable enterarse de ese modo que su hijo no era alumno de medicina.

En el departamento de Kristoff se desató una guerra de la que María se alegró de no haber estado presente para verla, era más que obvio que los señores Ritz la culparían por las decisiones de su hijo, las influencias de los noviazgos o amistades siempre eran las culpables.

No les guardaba rencor a los señores Ritz, tampoco culpaba a Kristoff por la discusión que tuvieron después de eso, su novio estaba muy estresado últimamente. El dinero de Kris se agotaba y ya no contaba con la ayuda de sus padres, por lo que había conseguido un empleo.

Trabajar, estudiar y mantener un noviazgo no era una buena combinación o al menos de eso podía darse cuenta María en las pocas veces que veía a su novio. Éste se mostraba cada vez más estresado, agotado, preocupado y nervioso por la situación en la que se encontraba.

Afortunadamente, debido a sus buenas calificaciones, Kris había conseguido un cuarto en el campus de la Universidad de Stanford, además de lograr mantener su beca para financiar sus estudios. Eso los aliviaba profundamente, pero aún así debía trabajar para comprar sus materiales o comida.

En estos dos años le había tomado un gran cariño a Kristoff, pues él no la había defraudado en todo este tiempo. Su novio había estado presente para ayudarla a sobrellevar la muerte de Rose, sus días estresantes en la universidad y ahora la animaba a comenzar su vida laboral en Nueva York.

Sin embargo, se sentía horrible cada vez que Kristoff le decía un "Te Amo" y ella no podía corresponder de la misma forma. Su corazón seguía ocupado por el mismo castaño despistado y torpe de siempre, uno de sus mejores amigos el cual no veía desde hace meses.

Salió del cementerio para ir hasta su automóvil, debía pasar a recoger a Cassie a la casa del tío Scott antes de volver al departamento. Su mejor amiga estaba buscando empleo en San Francisco, pero al no tener suerte se iría a la capital y Harley era el más feliz con la decisión.

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