Capítulo 81

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Nueva York, Febrero del 2039.

María fue trasladada a una habitación, en la camilla lo único que podía hacer era derramar lágrimas de tristeza porque Peter no estaría ahí como lo habían planeado.

— Te duele mucho? — Preguntó su padre preocupado al ver las lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

La castaña no podía pronunciar palabras debido a los sollozos que ahogaban su voz, por lo que una simple negación con la cabeza fue suficiente para responder.

— Qué tienes cielo? Quieres que llame al médico? — Cuestionó mamá igual de preocupada.

Otra negación de cabeza fue la simple respuesta de María, que trató de regular su respiración y tranquilizarse antes de dirigirse a sus padres para hablar.

— Es que... Peter no está — Hipó.

— Lo sé amor y créeme que lo siento mucho — Susurró mamá en tono cariñoso depositando un beso en sus cabellos.

— Pero nosotros estamos contigo — Consoló su padre limpiando las lágrimas de sus mejillas.

— No me dejen — Rogó al tiempo que una nueva contracción la atacaba.

La embarazada intentó acariciar su panza pero la cinta que medía la frecuencia cardíaca de su bebé le estorbaba. En ese momento una enfermera entró a la habitación para comprobar su dilatación.

— Cinco centímetros, si quiere acelerar el parto podemos... — Sugirió, pero María no la dejó terminar.

— No quiero acelerar nada, quiero darle tiempo a mi esposo — Mencionó molesta.

— Está bien, entonces puede permanecer recostada en la camilla — Comentó la mujer antes de retirarse.

— Eres valiente, cariño — Papá acarició sus cabellos quitando algunos mechones de su rostro.

— Ya no me siento tan valiente — Exclamó al sentir otra contracción.

— Peter llegará, no te preocupes. Según los estudios estadísticos las madres primerizas dilatan un centímetro por cada hora — Consoló mamá.

— Eso significa que Peter tiene cinco horas para estar aquí o tal vez menos, las estadísticas pueden romperse — Murmuró su pensativo padre.

— Me esperan cinco horas de sufrimiento — Gimió cerrando los ojos.

— Y no olvides la peor parte, esa de pujar — Recordó papá haciendo que abriera los ojos de golpe ante aquellas palabras.

— Tony — Regañó mamá pellizcando uno de sus brazos.

— Auch — Se quejó acariciando su brazo.

— No la asustes — Reprendió.

— Por favor, ella debe saber por dónde tiene que salir el bebé y todo este proceso del parto — Se excusó.

Por supuesto que lo sabía, pero había estado tan preocupada por la ausencia de Peter que se había olvidado completamente de las etapas de un parto. Las contracciones que dilatan el cuello uterino sólo es la primera fase.

Una vez que se alcance una dilatación entre nueve a diez centímetros, el bebé coronará y ahí comenzará la segunda fase: Expulsión. Se decía que pujar hasta que el bebé salga al mundo se requería de un gran esfuerzo y María no estaba segura de lograrlo.

La última fase comenzaba después del nacimiento del bebé y se denominaba alumbramiento. Aquella etapa se daba de manera natural y consistía básicamente en expulsar la placenta junto a los restos del cordón umbilical.

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