Capítulo 70

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Nueva York, Julio del 2035.

Peter sentía que había pasado por todas las emociones existentes en un solo día. Esa mañana se había divertido ante las excusas de Henry y Lila para quedarse en el penthouse, pues no querían dejar el hogar donde nadie los limitaba.

A regañadientes la joven pareja de castaños tuvo que volver a la residencia de los Stark con su padres y hermanos, mientras que Peter y María se dirigieron cada uno a sus respectivos trabajos.

Al llegar al edificio de Innovaciones Williams las cosas se pusieron tensas. El castaño fue citado junto a su rubia compañera a la oficina de su jefe y este los dejó a ambos a cargo del proyecto.

Gwen estaba furiosa al ver que todo se desarrollaba de manera normal como si Maxwell Dillon jamás hubiera sido un empleado de la compañía y Peter compartía la misma molestia.

Para la frustración del castaño las horas pasaron lentamente por lo que se alegró en demasía al ver que el reloj mostraba el horario de salida. Al abandonar el laboratorio se fue directo a su hogar, pues había mucho que hacer.

Su novia llegó al penthouse cuando él se encontraba en el pequeño taller que tenían en una de las habitaciones. Peter estaba concentrando reparando su lanzatelaraña, ese que se había dañado en la batalla de ayer contra Maxwell Dillon.

— Perdón por no pasar a recogerte, pero tenía cosas que hacer — Mencionó cuando sintió la presencia de María en la entrada del taller y se volteó hacia ella para sonreírle.

— No importa, yo también tenía cosas que hacer — Comentó acercándose para mirar su trabajo — Tus disparadores? — Preguntó curiosa.

— Sí, pero no es nada, casi termino de repararlo — Contestó.

— Deberás buscar una telaraña aislante para que esto no vuelva a pasar — Su novia estaba pensativa — Creo que el polietileno sería buena idea — Agregó.

— Polietileno? — Cuestionó confundido.

— Peter, ganaste una batalla, no la guerra. Ese sujeto volverá y debes prepararte — Añadió.

El castaño no había previsto esa posibilidad porque Maxwell Dillon fue arrestado por fuerzas especiales. No obstante, los poderes que había adquirido el susodicho estaban más allá de cualquier prisión o centro especializado para su confinamiento.

— Bien, entonces agregaré polietileno a la mezcla de mis disparadores — Concordó.

— De acuerdo. Puedes hacer la mezcla por allá? — Preguntó María apuntando a un mueble — Necesito usar la mesa de trabajo para reparar el cinturon regulador de Cassie — Mencionó.

Peter no pudo evitar reír ante la petición de su novia y se acercó para atraerla a sus brazos. María le obsequió una amplia sonrisa y lo besó apasionadamente antes de apartarlo y sumergirse en sus labores.

Era increíble como todo alrededor de su novia parecía desaparecer cuando estaba trabajando, pues hasta él mismo se sentía invisible. Su chica desarmaba y armaba totalmente concentrada.

El castaño decidió que él debería hacer lo mismo, por lo que se metió de lleno en sus disparadores. El fluido de la red estaba hecho, sólo debía añadir polietileno para convertirlo en un aislante eléctrico.

La seda de su telaraña no tenía mucha ciencia, sólo se debía agregar la mezcla a sus lanzadores y estos al disparar el fluido al aire libre hacían que la red se volviera sólida, pegajosa, tensa y ahora aislante.

Cabía destacar que su traje le añadía funciones a sus redes volviendola aún más poderosa. Sin embargo, le gustaba utilizar el mismo tipo de red de siempre, ese que le ayudaba a balancearse entre los edificios.

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