Capítulo 72

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Nueva York, Septiembre del 2035.

Peter terminaba otra jornada de trabajo en SPIT. Estos meses como jefe de laboratorio fueron agotadores, pero tenía su recompensa al final del día porque podía marcharse con su novia a la calidez de su hogar.

Dejar atrás Innovaciones Williams era lo mejor que le pudo pasar y no era el único que pensaba del mismo modo. Gwen Stacy, su ex compañera de trabajo, había tomado un importante puesto en una compañía británica, así que se mudó a Inglaterra.

Su rubia amiga actualmente se dedicaba a la medicina molecular y la última vez que hablaron Gwen se mostró muy emocionada ante la oportunidad de explorar nuevas áreas, pues la bioquímica era una ciencia muy extensa.

Mientras tanto, su empleo se basaba en diseñar nuevas formas de energía o buscar la manera de limpiar el planeta. Sin embargo, hasta ese momento ninguna energía era más factible que el reactor arc por lo que decidió enfocarse en los océanos.

Lamentablemente, los sistemas de pesca y la tecnología tenían un gran impacto en el mar. Todos saben que el setenta por ciento del planeta Tierra está cubierto de agua ya sea en los mares, océanos, glaciares, ríos y lagos alrededor del mundo.

Los seres humanos lentamente estaban acabando con el recurso más importante en todo el planeta. Era el deber de la ciencia salvar dicho recurso, incluyendo a todos los peces y seres marinos que habitaban en lugares como esos.

— Que hay gordo — Saludó al de seguridad.

— Hola Peter — Sonrió Ned.

Su mejor amigo trabajaba como el encargado de seguridad. El puesto de Ned estaba en un vestíbulo que daba a la entrada de los talleres y laboratorios de SPIT por lo que cada vez que María tenía un proyecto su amigo le daba un pase.

El castaño tenía acceso a los laboratorios, pero no tenía acceso a los talleres y cuando preguntaba la razón su novia simplemente respondía que así lo determinó el antiguo dueño, Tony Stark, ya que el futuro jefe de los talleres sería Henry.

— Dame un pase al taller doce — Pidió esperando que su amigo le diera la tarjeta que abría las puertas del taller.

— No puedo, órdenes de la jefa — Contestó Ned.

— Quiero ver a María, ella está allá dentro — Apuntó a los talleres.

— Y ella ordenó que no dejara pasar a nadie — Repitió.

— Es mi novia — Objetó.

— Exacto, tú novia tiene más poder aquí y yo debo cumplir con mi trabajo — Explicó.

— No me dejarás pasar? — Cuestionó con incredulidad.

Peter alzó una ceja totalmente confundido. Cómo era posible que María no había dejado claro que nadie podía entrar excepto él? Después de todo, entre ellos no había ningún tipo de secretos, verdad? Se preguntó.

— Lo siento amigo, pero así lo dijo. Cito: No permitas entrar a nadie, estaré ocupada, andando Shuri. Espera eso último no me lo dijo a mí — Mencionó pensativo.

— Shuri está aquí? — Preguntó aún más confundido.

— Asuntos confidenciales — Ned se encogió de hombros.

Esta vez el castaño frunció el ceño algo molesto y sin pensarlo mucho activó el disparador de su mano derecha, una sola telaraña bastó para tomar la tarjeta del taller número doce y aprovechando la sorpresa de Ned, se escabulló hacia el lugar.

De camino a los talleres se asombró por su tan impulsiva manera de actuar, pero su curiosidad podía más por lo que no dudó en abrir la puerta de acceso con la tarjeta. Al entrar, Shuri y María estaban allí haciendo algunas pruebas a una especie de robots.

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