Nueva York, Febrero del 2039
El reloj de la sala de partos marcaba pasada la medianoche y Peter aún no daba señales de vida. María estaba preocupada por su esposo y las ansias la consumían lentamente.
El sonido de la máquina que tomaba lectura de las pulsaciones de su hijo se descontroló haciendo un horrible sonidos que la angustió y llamó la atencion de los médicos.
— Mamá — Exclamó asustada.
Su madre la auxilió de inmediato acercándose para tranquilizarla. Sin embargo, las enfermeras le impidieron el paso y la desalojaron amablemente del cuarto.
Los doctores hacían su trabajo midiendo los signos vitales tanto de la madre como los del bebé mientras hacían una ecografía. María respiraba profundamente siguiendo las indicaciones del médico.
— El niño se enredó, pero ya está bien. Tenemos que acelerar el proceso de parto o esto volverá a pasar — Determinó el doctor.
— Déjenme entrar o voy a demandarlos a todos — Los gritos de su padre provenían desde el pasillo.
— Que entre — Ordenó el médico a las enfermeras.
A los segundos tanto su padre como su madre se encontraban a su lado y el doctor explicaba lo sucedido. Su bebé estaba enredado con el cordón umbilical lo cuál era peligroso ya que podría asfixiarse.
— Por ahora pudimos corregir esto con un simple ejercicio, pero no podemos esperar mucho tiempo — Mencionó el experto — Dilatación? — Preguntó dirigiéndose a la enfermera.
— Ocho centímetros, no está lista — Respondió la mujer.
— Si el bebé no corona en la próxima hora tendremos que hacer una cesárea — Indicó el médico antes de dirigirse a otra enfermera — Prepara la sala de cirugías por si tenemos que usarla — Ordenó.
El doctor se marchó trás dar las indicaciones a seguir. María no pudo evitar que su labio inferior temblara en medio de un puchero cuando conectó su mirada con la de sus padres, pues nada estaba saliendo como lo esperó.
— Tranquila amor — Mamá acarició sus cabellos — Yo tuve a tus hermanos por cesárea — Sonrió comprensiva.
— La cicatriz ni siquiera se nota — Intentó consolar su padre.
— Yo no quiero una cesárea — Susurró desanimada.
— Cariño, es por el bien del bebé — Insistió su madre.
Una hora más tarde y aun faltaba dilación en el cuello uterino, afortunadamente no habían tenido más problemas con el cordón umbilical rodeando el cuello del bebé. No obstante, el médico insistía en apresurar el proceso para no arriesgar al niño.
— Administren una dosis de oxitocina — Pidió el doctor a una enfermera.
— No puede hacer eso, ya le dió epidural — Contradijo mamá.
— Yo soy el médico y mi deber es traer a ese bebé sano y salvo al mundo — Espetó el profesional.
— Yo soy doctora también y sé perfectamente que para que la oxitocina sintética haga su efecto sobre una epidural se necesita una dosis demasiado alta — Mencionó enfadada.
La oxitocina sintética es usada principalmente para inducir un parto, pero las consecuencias no son nada agradables ya que las contracciones se podrían convertir calambres que en el peor de los casos causarían una rotura o una hemorragia interna.
Para mitigar aquellos dolores se aplicaba una alta dosis de anestesia epidural, un analgésico que a María ya le habían administrado por lo que la familia Stark no estaba nada de acuerdo en seguir utilizando fármacos y drogas.
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Aprendiendo Junto A Ti
FanfictionMaría Rose Stark es la hija de Hope y Tony Stark. También es la hermana mayor de los gemelos Stark o al menos eran gemelos casi idénticos hasta el famoso suceso llamado "Blip". Para el disgusto de María, debe ingresar a la preparatoria para continua...