Capítulo 39

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Nueva York, Diciembre del 2026.

— Mi pequeña, te extrañé mucho — Papá fue el primero en envolverla en sus brazos.

— Y yo a ti — Murmuró correspondiendo al abrazo.

María viajó a Nueva York para el receso de Navidad y Año Nuevo, llegó al aeropuerto cerca del mediodía y su familia estaba esperándola con ansias. Después de muchos abrazos y palabras de bienvenida se dispusieron a almorzar en un restaurante tranquilo.

Tranquilidad no era una palabra que podía definir a la familia Stark Pym, ya que apenas llegaron al restaurante las cámaras los rodearon. Todo comenzó a hacerse costumbre hace un par de años atrás cuando su padre apareció en Londres dejando en claro que Tony Stark estaba vivo.

Últimamente la delincuencia en Nueva había crecido bastante y la gente anhelaba un héroe como Iron Man capaz de combatir el crimen. Sin embargo, su padre había anunciado su retiro para dedicarse únicamente a su empresa y a su familia.

María sospechaba que el crecimiento de la delincuencia se debía a la desaparición de Spiderman en Nueva York, pues su amigo Peter se mudó a Cambridge para continuar sus estudios provocando que Queens y toda la capital quedará desprotegida.

— No voy a dar declaraciones — Espetó papá antes de entrar al restaurante junto a ellos.

Al terminar de comer fue la misma historia y viendo que quizá no los iban a dejar en paz decidieron regresar a casa. María se recostó en su cama admirando su habitación, estaba exactamente igual a como la había dejado meses atrás algo que la alegró bastante.

Cassie siempre se quejaba que al ir de visita a su casa notaba que su alcoba poco a poco se iba convirtiendo en una especie de bóveda o bodega de almacenamiento, pues la madre de su amiga solía guardar muchas cosas en el cuarto sin siquiera consultar.

— María! Morgan y mis padrinos vinieron a visitarnos — Avisó Howard a través de la puerta trás unos leves toques.

— Voy — Exclamó con una sonrisa.

Salió de su habitación para dirigirse a las escaleras que conducían al primer piso. En el lugar pudo ver a Howard jugando con Morgan mientras que Henry veía televisión y los adultos conversaban más allá sobre lo sucedido hoy en el restaurante.

— Creés que necesitemos guardaespaldas? — Preguntó mamá a tío Happy.

— Tal vez sí — Contestó algo dudoso.

— Cómo que tal vez? Eres jefe de seguridad, deberías estar seguro — Espetó papá molesto.

— Tony! — Reprendió su madre — Discúlpalo Happy, está estresado con todo esto — Mencionó.

— Buenas tardes — Saludó María irrumpiendo en el salón principal.

— Mi niña, tanto tiempo sin verte — Tío Happy se levantó del sofá para darle un caluroso abrazo seguido de tía Pepper.

— Creí que yo era tu niña — Se quejó Morgan.

— Tu eres mi pequeña princesa — Consoló el mayor.

— Cómo estás Morgan? — Preguntó a su prima.

— Bien, ya quiero que sea navidad y Santa me dé mis regalos — Contestó la pequeña con ilusión.

— Si fuiste una buena niña, Santa Claus te traerá muchos regalos — Sonrió.

— Malas noticias, no tendrás regalos hermano, te portaste muy mal este año — Dijo Howard a Henry.

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