Capitulo 6: A ciegas

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     Pov Beatriz:

     La semana pasó demasiado rápido, parte de nuestros amigos estaban en España y otra parte aquí en Los Ángeles. No sabíamos nada de ellos, así que suponía que todo estaría bien. Yo estaba intentando preparar la maleta pero como no sabía donde iba a ir no tenía ni idea de que meter en ella. Llamé a James por teléfono.

     James - Hola.

     - ¿Qué demonios meto en la maleta?

     James - ¿Ropa?

     - James, hazme el favor ¿Dónde vamos?

     James - ¡Ah eso! Pues ropa de abrigo porque va a hacer frío.

     - ¿En Los Ángeles?

     James - Em si.

     - Vale, eso me hace pensar que no nos quedamos en Los Ángeles ¿no?

     James - Ni aunque me tortures con  una sierra mecánica te lo voy a decir.

     - ¿A qué hora vienes?

     James - Pues yo que tu la terminaba ya porque estoy en la puerta de tu casa - Colgué y puse los ojos en blanco. Metí todo lo que pude y me vestí. Nada más bajar me recibió con un abrazo - Necesito que te pongas ésto - dándome su antifaz y un par de tapones para los oídos.

     - ¿En serio?

     James - Por favor - Me los puse y la verdad es que funcionaban a la perfección, no veía ni oía nada. Llegando ya a la tarde empecé a notar algo diferente. La temperatura había bajado bruscamente.

     - James, donde quiera que estemos me estoy helando. Dame un abrigo por favor - Sentí como por arte de magia menos frío y noté que me había puesto su chaqueta. El pobre se tendría que estar helando. Nos subimos "creo" a un ascensor y tras cinco minutos me quitó el antifaz y los tapones. Estaba viendo desde la cristalera de una ventana el Big Ben - ¿Londres?

     James - Por supuesto - dijo con un divertido acento inglés.

     - Jajaj, parece que estás hablando con un chicle en la boca - Me giré y había un salón impresionante, era precioso. Había un dormitorio, un baño, un comedor y una terraza. Estábamos en la habitación de un hotel.

     James - ¿Quieres descansar del vuelo?

     - Oh no, lo que menos quiero ahora es quedarme aquí. Vamos a hacer turismo. Al menos hasta la noche.

     James - Como tu mandes - Le devolví la chaqueta a James y me puse un abrigo de pelo y salimos a ver las preciosidades que escondía Londres. Nos adentramos por las calles de Westminter y estuvimos en dos tiendas que me encantaron. Una estaba a cinco minutos del Buckingham Palace y era la típica de souvenirs británicos. No daba ni tres pasos cuando ya estaba haciendo una foto. Londres siempre me había encantado pero no había tenido la oportunidad de visitarlo nunca. James el pobre tenía que venir detrás mía todo el rato porque yo iba de un lado a otro. Como siempre en Londres llovía. Nos estábamos poniendo chorreando pero no me importaba. ¡Estaba en Londres!

     - ¡Eh mira! - señalando enfrente - El Royal Albert Hall - Fui a cruzar y si no llega a ser que James tuvo reflejos hubiera acabado estampada en la farola porque no me acordaba de lo de que se conduce por la izquierda y tonta de mi fui a cruzar.

     James - Lo que me faltaba ya. Anda vamos al hotel.

     - ¡Pero si estoy bien!

     James - Aunque lo estés, estamos los dos chorreando, tenemos que cambiarnos.

     - Pero...

     James - Ni peros ni nada, vamos - Joder, yo quería seguir viendo Londres y porque a James ahora le diera la gana me tenía que esperar hasta el día siguiente. Llegamos al hotel y subimos. James fue a ducharse y mientra tanto yo puse la calefacción - Todo tuyo - ofreciéndome el baño.

     - Gracias - dándole un beso en la mejilla. En vez de ducharme me bañé porque aunque me había encantando estar horas recorriendo Londres necesitaba descansar y después de ese baño me sentí como nueva. Me recogí el pelo en un moño y me puse el albornoz blanco que había. James seguía todavía con tan sólo una toalla puesta.

     James - Ahora nos traen la cena.

     - ¿Por qué no te cambias?

     James - A ver como te lo digo... el hotel ha perdido las maletas.

     - ¿Cómo?

     James - No lo se, pero me dijeron que a más tardar mañana por la tarde las tenemos de vuelta.

     - Perfecto, con el frío que hace y voy a tener que dormir en albornoz.

     James - No te preocupes, algo se nos ocurrirá - Tocaron la puerta y era la cena. Nos sentamos en la mesa a cenar, pero notaba que aquella no iba a ser una simple cena. Estaba de los nervios. Me preguntaba que se le estaría pasando por la cabeza...

Una triste realidad (2a temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora