Pov Beatriz:
Notaba el ambiente raro así que decidí dormirme, aunque no descansaba nada. Podía tirarme dos horas enteras durmiendo que no me sentía del todo descansada. Pero al menos tenía mi delfín. El frío empezaba a apoderarse de mi pero al rato dejé de sentir el frío, estaba más cómoda ¿Me estaban moviendo? Abrí los ojos y lo primero que me encontré fue a James sentado en el suelo al lado del borde la cama.
- ¿Qué haces?
James - Tenía que cambiarte ésto y vi que tenías frío así que he puesto una manta.
- ¡Ah! - Fue a acariciarme la mejilla pero le aparté la mano - He dicho que nadie me toque ¿Tan difícil es de entender?
James - No, pero tengo que hacerlo. He estado un mes entero sin verte, sin poder acariciarte, sin ver como duermes...
- Eso ya no importa, lo tiraste todo por la borda.
James - Entiéndeme, yo pensaba...
- ¿Pensabas? Y no se te pasó por la cabeza que yo no estaba tan loca ¿no? Pensaste que me acosté con ese cerdo.
James - Lo entiendo.
- No, no lo entiendes. Si lo entendieras no estarías aquí. Poco te faltó para llamarme puta.
James - ¿Hay algo que pueda hacer? - respirando hondo.
- Cuando tu rompes un vaso, se rompe y le pides perdón ¿Qué pasa?
James - Sigue roto.
- Ahí tienes la respuesta.
James - Pero siempre que le pongas un poco de pegamento se pueden volver a juntar los trozos.
- James, primero me quedo embarazada por un error, después me violan, me tiro todo un mes a base de whisky y pastillas y cuando tengo un aborto intento suicidarme. A esto no le hace falta un poco de pegamento, le hace falta la fábrica entera - Se me descompuso la cara al darme cuenta de lo que acababa de decir y la cara de James se convirtió en un enigma, salió de la habitación a toda leche y lo único que puede escuchar fueron gritos. Así que decidí intentar volver a dormirme, a ver si dejaba de escucharles.