Asuntos Internos IV: INQUIETUDES

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Me dirigí al auto con prisa dejando mi teléfono en mi bolsillo.
Encendí el auto y partí hacia la universidad.
Estaban cayendo las primeras gotas de lluvia, así que encendí el parabrisas.

La universidad...
Paso algo con su informe?
Esta con ese profesor?

Suspiré y rechine los dientes.
Me siento inquieto, y mu molesto cuando pienso solo en que el se le acerque.

Suspiré.

Pienso entonces en ese chico.
Por Dios.

Su sonrisa, sus ojos tan peculiares, esa manera de ser tan sensible, tan transparente...

Llegue a la universidad. Estaba lloviendo y estacione en frente.

Shinobu estaba en la puerta abrazándose a sí mismo mientras la lluvia lo empapa a y estaba con los ojos llorosos.

Entonces salí del auto y cruce la calle antes fijándome el trágico y lo abrace.

El estaba llorando bajo la lluvia porque lo sentía temblar.

-estas bien??! Que sucede!? Te reprobaron!?

El sollozaba y balbuceaba cosas intentendibles pero me limite a consolarlo acariciando su espalda y una vez se reconpuso un poco aún abrazados y mojados por la lluvia nos metimos al auto.

No me anime a encender la radio y el lloraba en silencio.

Estacione cerca de casa, por un parque, pues la lluvia era difícil ver así que me detuve.

El estaba más tranquilo pero aún lloraba, frotándose los ojos con la manga de su canguro y la nariz con su otra manga.

-qué tienes...? Mira que eres muy llorón pero verte así me preocupa.. No estabas así desde... Lo del hospital.

El suspiro y esnifando se recompuso.

-el estaba ahí...

El corazón se me detuvo.

-tu profesor?

Asintió.

-un incidente donde nos quedamos encerrados en la oficina... Me salvo de que me cayeran unas carpetas encima... Me habló como si nada... Y aun así..!!! - dijo triste limpiandose los ojos- agh... Solo quisiera no haberlo conocido nunca.

El aún estaba  llorando escondiendo su cara.
Puse mis manos al volante y apoye mi cara en ellas y mire hacia el, que aún lloraba.

-el... Te hizo algo? - dije tratando de reprimir mi rabia.

Porque me importa tanto?

El meneo la cabeza.

-no la contaría de haber tenido el atrevimiento... Solo dejame un rato en serio... Es difícil-dijo ma stranquilo limpiando se las lágrimas...

Suspiré y lo mire de reojo.
Estaba sonrojado por llorar, su ceño fruncido y sus ojos brillosos en un azul oscuro muy peculiar.

Como un cielo intentando desnublarse.

Maldita sea sentía unas ganas de abrazarlo, besarlo, o hacer algo y cambiará esa cara.

Sentía la necesidad de por un demonio hacerlo sonreír.

-perdon...-dijo más tranquilo- debería ser más fuerte

-si te molesta eres libre de desahogarte...-dije sonriendo con empatía y sentando me derecho en el asiento.

-pero es que tu lo haces realmente bien.

Lo mire extrañado.

-digo. Apesta lo que paso, por muchos disgustos que pasamos con el... Y he visto que hablas con Onodera como si nada.

Para Volver A AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora