Conversaciones

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-bien, y así es como haces caneles- dijo Riku-san sonriendo.

Pusimos las delicadas masitas enrolladas en la bandeja para que enfríen y me puse a limpiar

-quieres comer algo?

-vine comiendo, pero gracias-rechace amablemente.

Riku-san se sentó en la mesa a lado del mostrador.

Estaba con una servilleta y el bolígrafo en mano y estaba dibujando algo mientras estaba tomando su taza de café

Una vez contado el dinero que teníamos y ordenar todo me senté en la mesa tomando una taza de café en la misma mesa.

-que dibuja?

-mmm... Lo que me diga la mano en realidad-dijo trazado hábilmente con el bolígrafo.

El aroma a óleo y flores que desprendía Riku-san me hacía sentir reconfortado de alguna manera. Y sentía que era demasiado anrural observarla dibujando.

-mmm.. Ya quedó.

-wow, eres genial-dije observando el rostro elegantemente dibujado.

Sonrió.

-gracias... Años de práctica, supongo

-un día podrías enseñarme a hacer eso? La repostería me encanta, pero me gustaría tené rostros pasatiempos

-no tienes pasatiempos?

-bueno, cuando no estoy horneando postres aquí o en mi casa sobrevivo al semestre o voy ayudando a mis amigos con sus problemas je... Es agotador en verdad quisiera  hacer otra cosa-dije de repente.

Risku-san me miró preocupada y yo suspiré tomando un sorbo de café.

-esta... Todo bien?

Me detuve un segundo y me quedé mirando el café mientras meneaba la cabeza.
Estaba demasiado tenso.

-oh cariño... - dijo levantándose y dándome un abrazo.

Toda Hatsune Riku era mágica

Sentía calidez y era reconfortante ser abrazado por ella, suspiré y le correspondí el abrazo.

-solo estoy harto, quiero irme lejos pero al mismo tiempo...

-ya... Respira profundo y conserva la calma si? - dijo deshaciendo el abrazo y luego me sostuvo la cara masajeando mis ojos con sus pulgares.

Sentía que me estaba relajando.

-te sientes mejor?

-si...

-bien, vamos a dejar el café, compare unas galletas de chocolate y luego iremos a tomar un té a casa si? A mi casa

Asentí.

Fuimos en silencio unas calles hasta llegar a su casa.
Mientras subíamos ese oxidado elevador.

-se sincera conmigo, este edificio antes era una fábrica o algo asi?

Risku-san echo una carcajada y la puerta se abrió.

-probablemente, pero la renta es muy barata y nadie reclama si pinto y tengo mis materiales aquí... El espacio es amplio, tengo una buena vista a la ciudad, un mercado cerca... - dijo entusiasmada.

Sonreí.
No habíamos ni encendido la luz.

-oh, si... Siéntate haré te quieres de...?

-te verde esta bien

-hai, quieres galletas?

-esta bien...

Se dirigió a la cocina y observe detenidamente el espacio.

Para Volver A AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora