A Ciegas

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Que acabo de hacer? Una chiquillada?

Mierda.

Acabo de arruinarlo todo, cierto?

Me quedé procesando lo que acababa de suceder y no pude moverme ni un poco cuando Shinobu se fue corriendo a casa, cubriéndose la cara.

Mierda.

Me tape la boca y creo que me estoy sonrojando.

Maldición.

Me toque los labios. Había dado demasiados besos, y esta corriente de electricidad, esta chispa...
Me agarre la frente.

-espera shinobu! - grite y trate de ir detrás de él hacia el edificio cuesta arriba.

Eso no debió pasar.

Corrí y subí al. Ascensor.

Me estaba impacientando dentro del elevador.

Cuando se abrió corrí y toque su puerta.

-Shinobu! Chico! Estas ahí!?-pregunté tocando la puerta

No me respondió. Debe estar molesto.
Toque de nuevo y empecé a llamarlo pero podía oír su teléfono sonar siendo ignorado por el.

Me rendí.

Fui a casa y quitandome los zapatos entre a casa, para tirarme en el sofá de mi sala.

Estornude levemente y me abrace a mi mismo.

Estaba rodeado por una tormenta de cerezos,sus pétalos y su aroma tan dulce va invadiendo mi mente...

Vi una silueta familiar a lo lejos. Pequeño, delgado y de espaldas a mi.

-Ritsu? - pregunté mientras me acercaba.

S hacía más distante y me acerque un poco más.

Empecé a correr y los pétalos que cayeron empezaron a levantarse.

Su aroma ya no era tan fuerte... E iba siendo reemplazado por otro...

Cuando me acerque le jalen del hombro y le di la vuelta

-Ritsu oye cuando te llamo! - dije volteando lo.

No era el.

-tu?? - dije mirándolo incrédulo.

Shinobu me miraba sonrojado y lanzó una risa que hacía relucir su sonrisa de plena felicidad.

Empecé a girar mi cabeza d eun lado a otro. Ritsu donde esta?

El me miraba concentrado con sus enormes y risueño ojos celestes, que brillaban y parecían el cielo mismo en sus ojos.

La imagen se empezó a distorsionar y cuando creí que volvíamos a besarnos una ráfaga de pétalos de rosas.*

Desperté sobresaltado.

La luz estaba encendida y la luz del día ya había entrado por la ventana.

Tuve que ir tal y como estaba al trabajo. Eran las 8:30 hace una hora debería haber estado en la oficina.

Tomé mi maleta y metí como pude los borradores del nuevo tomo del fax y salí corriendo.

Iba a tomar el auto pero deje las llaves. No hay tiempo para volver.

Entre a la oficina sintiendo dolor de cabeza. Me sobrepuso ignorando el malestar Y me dedique a hacer mi trabajo.

Ritsu no llegaba y los demás estaban desesperados haciendo las últimas revisiones al manuscrito.

Para Volver A AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora