Capítulo 14

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—¿Te gusta este sitio? — su pregunta me hace apartar la vista de los enormes pinos que nos rodean.

—La verdad es que no soy fan de la naturaleza, pero este sitio me encanta, me hace sentir como en una película.

Sonríe satisfecho —¿En serio?

—Si, es como en las películas cuando la pareja de novios va caminando para explorar y disfrutan la vista, charlan hasta que descubren que los está siguiendo un asesino sigiloso con un cuchillo en su mano y está listo para saltar y apuñalarnos a la primera distracción.

Termine de hablar y me mira fastidiado —¿Nunca vas a dejar de ser así, ¿verdad?

Sonreí — Creí que eso te gustaba de mí, además si no es conmigo con quien más hablarías.

—Créeme si sigues haciendo referencias de las películas de terror que me obligas a ver cuándo estamos en un escenario similar, voy a dejar de hablarte, aunque no diga una sola palabra a nadie.

Me rio — No seas amargado.

—Hablo en serio, no te hablare más. Solo sabrás de mi cuando le hable al bebé por las tardes.

Puse los ojos en blanco —Oh si, tu y tus pláticas con el feto.

—Ryland — advierte. —No digas eso.

—Si estas consciente de que ni siquiera tiene dedos, ¿no?

—Por favor no digas eso, él puede sentir lo que tu sientes.

—¿Por qué dices "el"? Puede ser una niña y según tu escucha y sabrá que le dices niño.

Niega con la cabeza —Es un varón, lo puedo sentir. En mi familia han sido muchas generaciones y todos varones, estoy seguro de que no es niña.

—Richard, tú no puedes saber si esto es una cosa u otra. ¿Además que tienen de malo las niñas?

—Son débiles y demasiado sensibles.

Seguimos caminando y meto mis manos en los bolsillos de la chaqueta que traigo puesta.

—Miren eso gente me case con el hombre más machista del siglo veintiuno. —Exclame y me miro.

—No soy machista, soy honesto. No es tanto eso, sino que siento que una niña con estos genes no sería... tu entiendes.

Ni siquiera me miro, pero yo me detuve pensando en sus palabras. —¿Qué estas insinuando, Richard?

Se detiene y me busca con la mirada, se da la vuelta y ve mi expresión —Nada, por favor olvida que dije algo y sigamos aun nos falta unos metros para terminar con mi caminata.

—Richard, se totalmente honesto conmigo ahora — pedí y sentí un nudo en el estómago — no quieres tener una niña porque tienes miedo que se parezca a mí, ¿verdad?

Pensé que frunciría el ceño, gruñiría o me gritaría una respuesta negativa pero no quise creer que recibiría la respuesta que salió de sus labios.

—Si.

Sin parpadear, ni pensar o tan solo titubear solo un "si" contundente y bastante alto y claro como para decir que no lo escuche. Mire mis zapatos deportivos y suspire.

—¿Sabes algo? El anillo en mi dedo no me da el poder para soportar imbéciles, pero creo que si da el poder para que te conviertas en una. Porque eso es lo que soy para creer que estando casados cambiarias y dejarías de hacer esos estúpidos comentarios sobre mí.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora