Capítulo 41

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—Iré por los papeles para irnos por Sebastián y después buscar un restaurante que nos guste a los tres – me deja un beso en la cabeza

Escucho mi celular sonar en el auto y corro para ver si es de la escuela, pero no en realidad es...

—¿Erik? — pregunté, no quería sonar tan desesperada, pero lo hice.

—Estuviste increíble — dice y no puedo evitar sonreír.

—¿De verdad? ¿Me escuchaste en la radio? — me muerdo el labio intentando no sonreír.

—¡Por supuesto, llame a Lassie para que me dijera el nombre de la estación, la busque en mi laptop y escuche todo! — me explica emocionado.

—Es genial que digas eso, me preocupaba que me hubiera escuchado patética — le dije.

—Para nada, lo hiciste increíble, pero, ¿por qué no me habías dicho que en los medios hablaban de ti?

No se escucha molesto solo sorprendido y me cacheteo mentalmente.

—Porque solo te daría la espina por querer buscarlos y no ibas a solucionar nada, mira me acostumbre a recibir malos comentarios siempre, está bien, no me importan lo que desconocidos piensen de mí.

—Entiendo tu punto, pero sabes que puedes decirme lo que sea, aunque ahora no importa porque te aman, he leído algunos comentarios en la página de la radio y muchos piden disculpas y otros te brindan apoyo y dicen que la separación es lo mejor.

—¿Ahora me quieren? Hipócritas.

—Te quieren porque te escucharon, pudieron conocer algo de ti al natural, sin filtros. ¿Quién no se arrepentiría de decir algo malo al conocerte? —Sonreí. — En verdad estoy orgulloso de ti, ¿qué tal si celebramos tu valentía?

—¿Cómo?

—Un amigo de mi hermana me regaló un pase para dos personas en un hotel de casi cuatro estrellas que está algo lejos del pueblo, pero se ve bien — dice y escucho como mueve unos papeles — estoy muy seguro de poder conseguir una cortesía para Sebastián y lo sacas de paseo.

—No se escucha nada mal, pero, ¿no es mejor que lleves a Lena y a tu sobrina?

—Lena rechazo el pase porque dice que no le gustan los hoteles y Haley esta con su padre, pensé que sería divertido para Sebastián recorrer el hotel pedir comida a la habitación y subir y bajar en el elevador hasta que lo reprendan. Pero obviamente tú tienes la última palabra.

–Pues nunca ha estado en un hotel con piscina, siempre que salíamos de viaje nos quedamos en casas rentadas.

—¡Será perfecto además creo que este tiene área de juegos para niños así que le gustará, y tienen barra libre!

—¡Me convenciste! — solté y se ríe

—Tengo que irme me llama mi jefe, pero te hablaré luego, adiós — no alcanzo a despedirme cuando cuelga,

Escuche la puerta de la casa cerrarse y veo a mi padre venir con una carpeta en las manos.

—Ya tengo todo, cariño — asentí y pasé mi lengua por mis labios, abrí la puerta del auto para entrar.

En cuanto tomo la carretera empecé a sentir que había algo en mí que quería salir.

—Papá — lo llamé en voz baja.

—Dime — dice mirándome.

—¿Puedes sentirte atraída por alguien aun estando herida por otro?

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—¿Ya viene? — me pregunta nerviosa.

—Dijo que no tardaría en llegar — mire el reloj de mi muñeca nerviosa.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora