Entramos a la casa y Erik se dirige hacia Sebastián.
—¿Seb, ya cenaste?
—Sipi.
—¿Entonces tienes que bañarte no? — asiente —¿Podrías ir a hacerlo mientras hablo con tu mamá?
Asiente y cuando va caminando se detiene y lo mira —Pero me van a leer mi cuento, ¿No?
Asentimos los dos y continúa su caminó. Toma mi mano y me lleva hasta la cocina y me hace sentarme en la mesa.
—¿Estás molesto? — le pregunté y asintió con la cabeza.
Saco del congelador una bolsa de hielo que tengo para los golpes y la puso en mi muñeca lastimada.
—Auch — dije incómoda
—Lo estoy, pero no contigo, solo me preocupa que nunca me dijeras nada.
—¿Qué cosa habría cambiado que te dijera eso?
—Nada, pero me gustaría saberlo para... No lo sé, tal vez entenderte más. Has pasado por relaciones violentas y...
—Nada habría cambiado, Erik, más que el hecho de que al hablarlo la gente quiere tratarme con pinzas y como si fuera la víctima.
—Eres la víctima — dice obvio.
—No lo soy, porque yo sabía en qué clase de relación me estaba metiendo.
Niega con la cabeza y suspira poniendo el hielo más adelante —¿Sebastián lo sabe?
—¡No!
—Eso creí.
—No quiero que sepa que su papá que ante sus ojos es un héroe, en realidad es un monstruo.
Levanta la mirada y me observa —Lo tendrá que saber algún día.
—Él tendrá que saber muchas cosas algún día, pero hoy no, ya lo hablaremos cuando crezca. ¿Por qué me pones eso?
—Para que no te quede marca.
—No lo sabía.
—Estamos iguales — murmura y suspiré cansada.
—Erik...
—Ya lo sé, solo lo siento, en verdad me duele que hayas pasado por esto y que aun así no te detengas. Sabía que eras fuerte y eso, pero no sabía que tanto.
—Algún día te contaré que tanto, pero ahora mismo estoy cansada, solo quiero ir a bañarme, acostar a Sebastián y dormir.
—¿Puedo dormir contigo? — pregunta con delicadeza.
—¿Ves? Por eso no quería decir nada. Claro que quiero que duermas conmigo. Por favor prométeme que nada va a cambiar con esto.
—Nada va a cambiar con eso — se acerca y toma mi rostro entre sus manos y besa mi frente — te lo prometo.
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Cuando hablamos del tiempo, muchos decimos que las horas son lo más importante, pero en realidad yo creo que son los segundos, en cuestión de estos tu vida puede cambiar. Por ejemplo; anoche estaba conduciendo mi novio a mi lado, estaba feliz y contenta y después de cinco segundos todos se pudrió cuando vi a Coleman.De acuerdo creo que el problema no es el tiempo sino Coleman.
Me acomodé en la cama y me eché la cobija encima para taparme el sol de la ventana. Escuché la puerta de la habitación abrirse y cerrarse y levanté un poco la tela para ver los pies descalzos de Erik.
—¿Ya puedo decir que te lo dije?
—Te odio — murmuré y escuché que río.
—Richard ya vino por él.
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𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...